Ordenanza quiteña

Por: Francisco Febres Cordero

El Cabildo del Ilustre Concejo Metropolitano de Quito,

Considerando:

Que la vigencia del Pico y Placa ha arrojado óptimos resultados. Los ciudadanos que tienen que guardar su auto un día a la semana han dado ejemplo de civismo y se han acostumbrado al servicio de transporte público que, además de facilitar la movilidad de los nacionales, atrae a los extranjeros, quienes, cargados de adrenalina, experimentan cómo los buses paran donde les da la gana, contaminan el aire e imprimen velocidades de vértigo, todo lo cual fomenta el turismo de aventura del que tan necesitado está la ciudad.

Que la medida del Pico y Placa es también una forma revolucionaria de redistribuir el ingreso, porque así los policías pueden mejorar su salario. Por algo la ciudadanía, con su proverbial sal, la ha bautizado como pico y plata.

Que es cierto que, previamente, había que efectuar la sincronización de los semáforos, pero como tal medida no ha sido tomada, los conductores colaboran deteniéndose en cada cuadra porque la luz, que debía estar en verde, está en rojo, y con su conducta han dado muestras de paciencia y templanza, virtudes en que la revolución ciudadana se asienta (para los conductores que, además, se asientan en las horas pico sobre sus congestionadas almorranas se creará el bono Marcha Atrás, que contribuirá a que salgan de su discapacidad dando retro).

Que es falso que para mejorar la circulación sea menester construir pasos a desnivel, porque –como se ha comprobado– cada automovilista sí puede atravesar a la brava esos redondeles de tránsito que el oprobioso pasado neoliberal construyó en las vías más congestionadas, y que este Cabildo los mantendrá –bajo la premisa de “Prohibido Olvidar”– como un testimonio histórico de algo que nunca más se debe hacer.

Que los peatones han demostrado que, de manera revolucionaria, perfectamente pueden transitar por las veredas rotas, sucias de excrementos y basura. A los no videntes y no videntas, el Municipio les otorgará un bono para un curso mediante el cual aprenderán a caminar con el sistema Braille, con lo cual ya no serán necesarias las rampas que, porcentualmente, solo sirven a unos pocos ciegos privilegiados.

Que, en lo atinente a la seguridad, los ciudadanos que transitan por la calle no pueden hacerlo con relojes, anillos, aretes ni gafas; no deben portar billeteras, celulares y tampoco llevar mochilas ni carteras. No deben acudir a sitios peligrosos como bares, cafés, discotecas o restaurantes ni, peor, a los almacenes, sitios preferidos por los cacos y truhanes. El Cabildo considera que ya ha hecho lo suyo, porque con la prohibición de expender alcohol los domingos se ha logrado frenar la criminalidad, hasta casi eliminarla.

En aras de sus atribuciones,

Resuelve:

Imponer tasas a la gasolina y al rodaje de los vehículos nuevos y usados, además de cobrar peajes en el interior de la urbe, fondos que servirán para hacer los dibujos, planos, croquis, maquetas y estudios de prefactibilidad para la construcción del Metro que se inaugurará en el siglo XXIII, Tercero de la Revolución Ciudadana, actividad para la cual los concejales de manos todoterreno, mentes full equipo y corazones airbag, fuimos elegidos.

Dado en Quito, a los 22 días del mes de agosto del 2007.
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