Comisión especial del 30-S es una cortina de humo de Correa, según Páez
La anunciada creación de una comisión especial para investigar el 30-S, es una maniobra más del presidente de la República, Rafael Correa, para mantener vigente un tema del cual el mandatario saca réditos políticos, y le permite mantenerse en el imaginario colectivo como una víctima de un supuesto golpe de Estado.
A la par, utiliza hábilmente el hecho para tirar una cortina de humo que oculte la discusión sobre temas fundamentales como la altísima tasa de subempleo que existe en el país, los sonados casos de corrupción en su gobierno, la inseguridad alarmante que vivimos los ecuatorianos y el ejercicio autoritario y abusivo del poder.
Dicha Comisión especial se contrapone con la tarea de la Fiscalía que es la encargada de investigar el asunto, pero al parecer la creación de esta comisión puede interpretarse como una disconformidad del Ejecutivo con la acción desarrollada por el fiscal general Galo Chiriboga o como un acto de provocación con el Fiscal para obligarlo a actuar de la manera que Correa desea.
Que esta decisión se adopte apenas una semana después de la insólita y censurable visita de Chiriboga a Correa en Carondelet, despierta serias sospechas y abre un nuevo capítulo de pronósticos en torno a la relación de ambos personajes que al parecer se ha deteriorado como consecuencia del proceso 30-S.
Hay un hecho que debemos recordar y respecto del cual nada ha dicho la Fiscalía: la rápida limpieza del lugar de los hechos instrumentada por el Municipio de Quito con la cual se borraron todas las evidencias del acontecimiento. Extraña que el alcalde Augusto Barrera no haya sido encausado por esta acción absurda y por demás sospechosa, señala Páez en boletín de prensa.
Finalmente, el gobierno debe explicar cómo es que crea una comisión para investigar un hecho donde el principal de los protagonistas es precisamente quien dispone la creación de la comisión. "País de Ripley, ciertamente".
A la par, utiliza hábilmente el hecho para tirar una cortina de humo que oculte la discusión sobre temas fundamentales como la altísima tasa de subempleo que existe en el país, los sonados casos de corrupción en su gobierno, la inseguridad alarmante que vivimos los ecuatorianos y el ejercicio autoritario y abusivo del poder.
Dicha Comisión especial se contrapone con la tarea de la Fiscalía que es la encargada de investigar el asunto, pero al parecer la creación de esta comisión puede interpretarse como una disconformidad del Ejecutivo con la acción desarrollada por el fiscal general Galo Chiriboga o como un acto de provocación con el Fiscal para obligarlo a actuar de la manera que Correa desea.
Que esta decisión se adopte apenas una semana después de la insólita y censurable visita de Chiriboga a Correa en Carondelet, despierta serias sospechas y abre un nuevo capítulo de pronósticos en torno a la relación de ambos personajes que al parecer se ha deteriorado como consecuencia del proceso 30-S.
Hay un hecho que debemos recordar y respecto del cual nada ha dicho la Fiscalía: la rápida limpieza del lugar de los hechos instrumentada por el Municipio de Quito con la cual se borraron todas las evidencias del acontecimiento. Extraña que el alcalde Augusto Barrera no haya sido encausado por esta acción absurda y por demás sospechosa, señala Páez en boletín de prensa.
Finalmente, el gobierno debe explicar cómo es que crea una comisión para investigar un hecho donde el principal de los protagonistas es precisamente quien dispone la creación de la comisión. "País de Ripley, ciertamente".
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Tags: Quito