Vanguardia fue objeto de un abusivo secuestro

Vanguardia fue  objeto de un abusivo secuestro
Publicado el: 18/12/2010

Vanguardia vuelve a ser el centro de la presión oficial. El viernes 17, a las 17:45, funcionarios del Fideicomiso AGD No más impunidad, ingresaron de forma desmedida a las instalaciones de esta revista, acompañados por cinco patrullas del GIR.

Amparados en un documento según el cual este medio supuestamente adeuda meses de arriendo del inmueble donde labora, inmueble que pertenece al Fideicomiso, dichos funcionarios secuestraron las computadoras de la redacción y obligaron a varios colaboradores de la revista abrir sus pertenencias personales ante ellos. En un hecho inédito en la vida democrática reciente del país, este medio de comunicación debió cumplir con su jornada periodística habitual bajo el acecho de fusiles automáticos, mientras los delegados del Fideicomiso desconectaban abruptamente los CPUs de los periodistas.

Editorial Gran Tauro, casa que publica semanalmente Vanguardia, condena esta acción desproporcionada y responsabiliza al gobierno por la seguridad de los equipos secuestrados, pues ellos contienen información de respaldo de las investigaciones que realiza esta redacción. De igual manera, hace responsable al régimen de lo que pudiera ocurrir con la integridad de los periodistas, los directivos, los colaboradores y los familiares del equipo Vanguardia.

No es la primera vez que esta redacción es objeto de amenazas o ataques. Este medio, que apuesta por los cambios en democracia, ha visto cómo desde el poder se utiliza a instituciones para la persecución política. La clausura de la publicidad estatal, las consignas no escritas para que funcionarios del Ejecutivo no otorguen entrevistas a esta redacción, los epítetos sabatinos o, incluso, los supuestos robos a los computadores de los periodistas, como el de julio del 2009 que la Fiscalía y la Justicia aún no esclarecen, son un pulso crítico de cómo la prensa independiente desarrolla su trabajo actualmente, en un ambiente en que se judicializa y criminaliza a quien piensa distinto.

Los funcionarios del Fideicomiso actuaron con diligencia en su incursión a Vanguardia. En menos de cinco minutos, cuando en su documento de marras se establecía un plazo de tres días, se apoderaron de la información que procesa esta publicación.

Malas señales para la democracia. Estas acciones desproporcionadas, sin embargo, no intimidan la marcha responsable de Vanguardia. Hoy el lector, el principal juez de nuestra apuesta cívica, tiene entre sus manos otro ejemplar, el 271, que cumple firmemente el proyecto editorial que nos propusimos hace cinco años: ser la revista de los cambios, apostar por las ideas y los debates, y acompañar y estimular la madurez democrática del Ecuador. La presión, venga desde donde venga, nos hace, más bien, suscribir con más ahínco y responsabilidad nuestro trabajo crítico e independiente.
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