Asesinan a dueño de casa dinamitada en Manta
Pasadas las 17:00 de hoy, dos desconocidos llegaron en una motocicleta al barrio La Pradera, noroeste de Manta, y abrieron fuego frente a la casa que fue destruida ayer con un explosivo de alto poder.
La balacera segó la vida de Luis J., propietario de la vivienda dinamitada, quien esta tarde se encontraba en su barrio junto a amigos y vecinos.
En medio de la conmoción, las balas alcanzaron también a un amigo del fallecido. Este resultó con heridas y fue trasladado hasta una casa asistencial.
Según las primeras investigaciones de la Policía, el ataque de ayer a la vivienda habría sido una posible vendetta. Un familiar de Luis J. presuntamente fue testigo de un doble crimen y habría denunciado el hecho.
Agentes del Grupo de Intervención y Rescate de la Policía (GIR) calcularon que para el ataque a la casa se usaron al menos 1,5 libras de explosivo, que pudo ser pentolita, dinamita, C4 o TNT.
Luego de la explosión, con corte terrorista, el jefe (e) del GIR, Douglas Yépez, dijo que se trató de “una explosión seca; sin incendio. La onda expansiva fue tan fuerte que destruyó completamente la casa objetivo de los antisociales”.
La bomba de alto poder formó un orificio de 80 centímetros de diámetro y de al menos 50 de cm profundidad.
Pese al atentado a la casa, los tres adultos y un menor de edad, quienes dormían en ella, resultaron ilesos. La onda expansiva de la explosión hizo que las paredes de ladrillo reforzado se trizaran y se desplomaran. La casa quedó reducida a escombros y otras tres viviendas sufrieron daños.
Desde el 25 de mayo, 70 miembros de los grupos de élite de la Policía patrullan las calles de Manta. Ninguna autoridad brindó protección a Luis J., pese a la naturaleza del atentado de ayer. Su cadáver fue trasladado esta tarde a la morgue para la autopsia. Allí se buscarán restos de balas para determinar el tipo de arma utilizada en el crimen.
La balacera segó la vida de Luis J., propietario de la vivienda dinamitada, quien esta tarde se encontraba en su barrio junto a amigos y vecinos.
En medio de la conmoción, las balas alcanzaron también a un amigo del fallecido. Este resultó con heridas y fue trasladado hasta una casa asistencial.
Según las primeras investigaciones de la Policía, el ataque de ayer a la vivienda habría sido una posible vendetta. Un familiar de Luis J. presuntamente fue testigo de un doble crimen y habría denunciado el hecho.
Agentes del Grupo de Intervención y Rescate de la Policía (GIR) calcularon que para el ataque a la casa se usaron al menos 1,5 libras de explosivo, que pudo ser pentolita, dinamita, C4 o TNT.
Luego de la explosión, con corte terrorista, el jefe (e) del GIR, Douglas Yépez, dijo que se trató de “una explosión seca; sin incendio. La onda expansiva fue tan fuerte que destruyó completamente la casa objetivo de los antisociales”.
La bomba de alto poder formó un orificio de 80 centímetros de diámetro y de al menos 50 de cm profundidad.
Pese al atentado a la casa, los tres adultos y un menor de edad, quienes dormían en ella, resultaron ilesos. La onda expansiva de la explosión hizo que las paredes de ladrillo reforzado se trizaran y se desplomaran. La casa quedó reducida a escombros y otras tres viviendas sufrieron daños.
Desde el 25 de mayo, 70 miembros de los grupos de élite de la Policía patrullan las calles de Manta. Ninguna autoridad brindó protección a Luis J., pese a la naturaleza del atentado de ayer. Su cadáver fue trasladado esta tarde a la morgue para la autopsia. Allí se buscarán restos de balas para determinar el tipo de arma utilizada en el crimen.
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