Sistema de Inteligencia Multidominio Interagencial
OPINIÓN | Por Crnl. Mario R. Pazmiño Silva MSc.
Ecuador es un país asolado por el crimen organizado y la incompetencia gubernamental. Durante tres décadas, ha facilitado la penetración del crimen organizado en su estructura gubernamental y cedido la soberanía territorial a las organizaciones delincuenciales. Estas últimas ejercen una gobernanza criminal en los santuarios distribuidos en todo el territorio nacional.
¿Por qué ha ocurrido esto? En el ámbito de la inteligencia, la falla principal está en la compartimentación operativa y de información, las cuales dificultan una verdadera integración de los diferentes sistemas, lo que da una ventaja estratégica a las organizaciones delictivas, ya que no necesitan romper paradigmas y procedimientos obsoletos. Más bien han modificado, acoplado, sus estrategias al tipo de acción delictiva que desarrollan.
El Sistema de Inteligencia Multidominio (SIM) integra todos los componentes de información existentes y los fusiona en estructuras de análisis más completas y complejas. Tienen un propósito en común: hacer frente a las diferentes amenazas internas o externas que atentan a la existencia y la democracia del Estado. El multidominio implica la intervención de todos los sistemas de inteligencia e interagenciales en los espacios territoriales, aéreos, fluviales, marítimos y del ciberespacio, en donde el crimen organizado tiene influencia, mantiene el control, así como en las zonas donde su presencia es más reducida o inexistente.
El sistema parte de un concepto básico: la integración de todos los componentes de inteligencia y trazando como objetivo los intereses estatales y del pueblo ecuatoriano. Es interagencial, porque todas las estructuras colaboran con información sin restricción sobre las diferentes amenazas, para alcanzar la seguridad del país.
Las operaciones multidominio de inteligencia abarcan, además del narcotráfico, la minería ilegal, el tráfico de armas, explosivos y municiones, la trata de personas, el tráfico de órganos, corrupción, el lavado de activos, los secuestros, la extorsión, la migración no controlada, los ciberdelitos y cualquiera que se relacionen con las operaciones del crimen organizado en el país.
La información procesada sobre estas amenazas permite el empleo adecuado, oportuno y eficaz de los recursos y neutraliza el accionar delictivo.
La crisis de seguridad que vive nuestro país por el poco liderazgo, escasa información oportuna y falta de decisión política de los exmandatarios, ha originado el crecimiento acelerado de las organizaciones delictivas. La consecuencia es el poco impacto de la poca capacidad de respuesta del Estado y el confinamiento de la sociedad por el temor existente.
Aún tenemos una salida con la articulación de un Sistema de Inteligencia Multidominio Interagencial, que no sólo haga frente en forma eficiente y con todo el poder estatal a las organizaciones delictivas, sino que garantice la supervivencia como Estado.
El presidente Daniel Noboa tiene esta oportunidad. Caso contrario corre el riesgo de gobernar un santuario del crimen organizado transnacional, llamado Ecuador
Ecuador es un país asolado por el crimen organizado y la incompetencia gubernamental. Durante tres décadas, ha facilitado la penetración del crimen organizado en su estructura gubernamental y cedido la soberanía territorial a las organizaciones delincuenciales. Estas últimas ejercen una gobernanza criminal en los santuarios distribuidos en todo el territorio nacional.
¿Por qué ha ocurrido esto? En el ámbito de la inteligencia, la falla principal está en la compartimentación operativa y de información, las cuales dificultan una verdadera integración de los diferentes sistemas, lo que da una ventaja estratégica a las organizaciones delictivas, ya que no necesitan romper paradigmas y procedimientos obsoletos. Más bien han modificado, acoplado, sus estrategias al tipo de acción delictiva que desarrollan.
El Sistema de Inteligencia Multidominio (SIM) integra todos los componentes de información existentes y los fusiona en estructuras de análisis más completas y complejas. Tienen un propósito en común: hacer frente a las diferentes amenazas internas o externas que atentan a la existencia y la democracia del Estado. El multidominio implica la intervención de todos los sistemas de inteligencia e interagenciales en los espacios territoriales, aéreos, fluviales, marítimos y del ciberespacio, en donde el crimen organizado tiene influencia, mantiene el control, así como en las zonas donde su presencia es más reducida o inexistente.
El sistema parte de un concepto básico: la integración de todos los componentes de inteligencia y trazando como objetivo los intereses estatales y del pueblo ecuatoriano. Es interagencial, porque todas las estructuras colaboran con información sin restricción sobre las diferentes amenazas, para alcanzar la seguridad del país.
Las operaciones multidominio de inteligencia abarcan, además del narcotráfico, la minería ilegal, el tráfico de armas, explosivos y municiones, la trata de personas, el tráfico de órganos, corrupción, el lavado de activos, los secuestros, la extorsión, la migración no controlada, los ciberdelitos y cualquiera que se relacionen con las operaciones del crimen organizado en el país.
La información procesada sobre estas amenazas permite el empleo adecuado, oportuno y eficaz de los recursos y neutraliza el accionar delictivo.
La crisis de seguridad que vive nuestro país por el poco liderazgo, escasa información oportuna y falta de decisión política de los exmandatarios, ha originado el crecimiento acelerado de las organizaciones delictivas. La consecuencia es el poco impacto de la poca capacidad de respuesta del Estado y el confinamiento de la sociedad por el temor existente.
Aún tenemos una salida con la articulación de un Sistema de Inteligencia Multidominio Interagencial, que no sólo haga frente en forma eficiente y con todo el poder estatal a las organizaciones delictivas, sino que garantice la supervivencia como Estado.
El presidente Daniel Noboa tiene esta oportunidad. Caso contrario corre el riesgo de gobernar un santuario del crimen organizado transnacional, llamado Ecuador
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