Osvaldo Hurtado: Noboa enfrenta un gobierno complejo y difícil que tiene en sus manos
El reciente triunfo electoral de Daniel Noboa, con una ventaja de 11 puntos, no solo representa una victoria aritmética, sino un fenómeno político de alta relevancia para la historia democrática del Ecuador. Así lo sostiene el expresidente Osvaldo Hurtado, quien en entrevista en Contacto Directo en Ecuavisa, diseccionó las claves del resultado, los riesgos latentes y las oportunidades estratégicas que se abren ante el nuevo gobierno.
Este patrón masivo de apoyo marca una diferencia clara con anteriores contiendas presidenciales, donde la Revolución Ciudadana (RC) aún mantenía fortalezas. Sin embargo, Hurtado hace una salvedad: RC conserva poder en gobiernos seccionales debido a un sistema electoral fragmentado que permite que alcaldes y prefectos sean electos con tan solo el 20% del voto. “Si hubiera doble vuelta en esas elecciones, el resultado sería otro”, afirma, apuntando a la urgencia de una reforma institucional.
- Seguridad: Más de 700 asesinatos mensuales, equivalentes a un asesinato cada hora. Ecuador se ha convertido en un corredor clave para el narcotráfico internacional.
- Economía: El crecimiento se ha revertido. La economía se contrajo un 2%, y el déficit fiscal supera el 4% del PIB. El precio del petróleo —clave para el presupuesto— está a la baja.
- Narcotráfico regional: Las plantaciones de hoja de coca en Colombia crecieron de 100,000 a más de 300,000 hectáreas bajo el gobierno de Gustavo Petro. “La causa del crimen no está en Ecuador. Está en Colombia”, sentenció Hurtado, exigiendo una postura diplomática firme del nuevo gobierno.
Entre sus propuestas urgentes están:
1. Desarrollo económico acelerado: Ampliar minería y petróleo para reactivar el crecimiento económico, reducir desempleo y atacar la pobreza.
2. Reformas institucionales de fondo:
- Establecer doble vuelta para alcaldías y prefecturas.
- Restringir el uso de fondos públicos a candidatos que no superen el 5% de votos, para evitar el circo electoral de 16 postulantes.
- Exigir a los partidos políticos un verdadero arraigo territorial y representatividad, como garantía para una democracia funcional.
La reconciliación, entonces, no vendrá de pactos simbólicos sino de resultados concretos: seguridad, crecimiento y gobernabilidad.
Para Hurtado, un país que sigue atrapado en las telarañas del clientelismo estatal no podrá avanzar. Y Daniel Noboa, con toda su fuerza joven y capital político fresco, debe demostrar que no solo tiene las ganas, sino también el temple y la visión de estadista para enfrentar el desafío.
Un fenómeno político transversal
Para Hurtado, el respaldo que recibió Noboa en las urnas no proviene de un solo bloque ideológico ni de una región específica, sino de un electorado diverso: ricos y pobres, centro, derecha e izquierda. Un fenómeno que, según el exmandatario, “no había ocurrido antes” y que muestra un hartazgo social con el modelo correísta, al que derrotó en casi todas las provincias.Este patrón masivo de apoyo marca una diferencia clara con anteriores contiendas presidenciales, donde la Revolución Ciudadana (RC) aún mantenía fortalezas. Sin embargo, Hurtado hace una salvedad: RC conserva poder en gobiernos seccionales debido a un sistema electoral fragmentado que permite que alcaldes y prefectos sean electos con tan solo el 20% del voto. “Si hubiera doble vuelta en esas elecciones, el resultado sería otro”, afirma, apuntando a la urgencia de una reforma institucional.
El escenario: una crisis multisistémica
Pese al optimismo que generó el resultado, Hurtado advierte que Noboa hereda un país sumido en una compleja crisis:- Seguridad: Más de 700 asesinatos mensuales, equivalentes a un asesinato cada hora. Ecuador se ha convertido en un corredor clave para el narcotráfico internacional.
- Economía: El crecimiento se ha revertido. La economía se contrajo un 2%, y el déficit fiscal supera el 4% del PIB. El precio del petróleo —clave para el presupuesto— está a la baja.
- Narcotráfico regional: Las plantaciones de hoja de coca en Colombia crecieron de 100,000 a más de 300,000 hectáreas bajo el gobierno de Gustavo Petro. “La causa del crimen no está en Ecuador. Está en Colombia”, sentenció Hurtado, exigiendo una postura diplomática firme del nuevo gobierno.
La oportunidad de oro
Con una mayoría parlamentaria potencial, una legitimidad social contundente y la ventaja de la juventud, Hurtado considera que Noboa ha recibido un “pase gol”. Sin embargo, advirtió que será su sabiduría política la que marcará si aprovecha o desperdicia esta coyuntura.Entre sus propuestas urgentes están:
1. Desarrollo económico acelerado: Ampliar minería y petróleo para reactivar el crecimiento económico, reducir desempleo y atacar la pobreza.
2. Reformas institucionales de fondo:
- Establecer doble vuelta para alcaldías y prefecturas.
- Restringir el uso de fondos públicos a candidatos que no superen el 5% de votos, para evitar el circo electoral de 16 postulantes.
- Exigir a los partidos políticos un verdadero arraigo territorial y representatividad, como garantía para una democracia funcional.
¿Reconciliación nacional o hegemonía parlamentaria?
La narrativa del gobierno entrante insiste en la reconciliación, pero Hurtado plantea un ángulo distinto: la mayoría ya está dada. Noboa tiene condiciones parlamentarias para emprender las reformas profundas que Ecuador requiere, sin necesidad de “buscar consensos imposibles”.La reconciliación, entonces, no vendrá de pactos simbólicos sino de resultados concretos: seguridad, crecimiento y gobernabilidad.
El reto de desmontar la corrupción estatal
Finalmente, Hurtado fue enfático en una tarea impostergable: abrir el manejo de sectores estratégicos —como Petroecuador, electricidad y puertos— al sector privado. “Las empresas públicas en el Ecuador son antros de corrupción”, sostuvo, señalando que miles de funcionarios se han enriquecido ilícitamente.Para Hurtado, un país que sigue atrapado en las telarañas del clientelismo estatal no podrá avanzar. Y Daniel Noboa, con toda su fuerza joven y capital político fresco, debe demostrar que no solo tiene las ganas, sino también el temple y la visión de estadista para enfrentar el desafío.
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