Nuestra cobarde realidad...

Nos hemos convertido en indolentes espectadores de la imposición dictatorial más atroz de la historia.
Por dondequiera que voy oigo opiniones que hablan a raja tabla en contra de Correa, pero sin embargo a renglón seguido concluyen que el mismo se quedará como mandatario por el fraude que cometerá.
En esta sentencia está encerrada la grave situación de la indolencia social del ecuatoriano.
El ciudadano común ha perdido ese espíritu libre y altivo que lo hacía soberano e indomable, para no permitir que nadie se le imponga y peor que lo ponga de rodillas.
En todos los estratos y gremios hay oposición al gobierno. Maestros, indígenas, estudiantes, médicos, abogados, bananeros, comerciantes, industriales, taxistas, choferes, sacerdotes, evangélicos etc. Son algunos de los múltiples sectores que están contra el autoritarismo del ejecutivo. Entonces aquí cabe la pregunta: ¿donde están los masivos partidarios?
La respuesta es bastante simple: solo en las encuestadoras pagadas por el gobierno.
Es que por nuestra indiferencia basada en el miedo a los que ostentan el poder, nuestro silencio cómplice les permite hacer o decir las mentiras que les da la gana.
Me pregunto ahora que las cosas estás con más calma… ¿De que le sirvió al país el asilo a Assange?
¿Nos dio más seguridad, más paz o acaso generó más trabajo?
Todo fue una tomadura de pelo provocada por un escándalo internacional para tapar el verdadero problema nacional, que son las firmas falsas del consejo nacional electoral.
Ese es el verdadero problema.
Ese es el gran fraude nacional que se hiso por quienes estando adentro y siendo representantes del gobierno, lo permitieron.
Es absurdo pensar que quienes cometieron el fraude sean ahora los mismos que pretenden controlar el fraude.
El partido que más firmas falsas presentaron y debería ser descalificado es alianza país. Les anularon seis cientos mil firmas, lo que en buenos términos significa que fue el movimiento político que mayor responsabilidad tiene en haber tratado de meter firmas falsificadas de ciudadanos que no firmaron apara pertenecer a ese partido.
Las mismas declaraciones presidenciales de que se van a eliminar a los partidos que según el ejecutivo son los verdaderos culpables, demuestra la clara intervención de un poder sobre otro poder y la realidad dictatorial en la que vivimos solo porque lo permitimos.
Me da risa el sainete que han hecho los partidos de izquierda al llegar a tener un candidato único, cuando ellos son corresponsables de la tragedia que significa el gobierno de Correa ya que eran parte del mismo y con su apoyo lo hicieron presidente.
Es que ahora, todos los que le decían que era un hombre patriota, revolucionario, inteligente etc. de repente se han dado cuenta de que es un traidor a la revolución, abusivo etc. pero eso sí; no era tan abusivo cuando ellos también abusaban con ese mismo poder.
Las actuales izquierdas son lo mismo que el actual prepotente.
Ellos son los responsables de que correa subiera al poder. Pero ahora lloran porque les quitaron el poder y se han convertido en sus enemigos diciendo que son los únicos que pueden salvar a la patria.
Correa simboliza el cáncer nacional que se ha enquistado en un agónico Ecuador que cada día se debilita más por esta fatal enfermedad.
Esta lenta agonía nos está sacando estertores mortales repletos de la sangre proveniente del enfrentamiento entre quienes antes éramos hermanos y hoy nos odiamos.
El país está convulsionado.
Las opciones que se presentan como alternativa para tumbar al vanidoso son escuálidas y no representan nada nuevo para solucionar los problemas de la patria.
Guillermo Laso no representa al pobre ecuatoriano que nunca ha tenido una cuenta corriente y que todo sudado vende agua debajo de un semáforo.
No creo que en el Ecuador haya existido un presidente que se identifique con el pueblo, pero que coma carne en palito con guantes.
Aparte de la ausencia de líderes honestos y transparentes, el mismo ciudadano tiene un embotamiento cívico que le permite al monstruo crecer y meter sus tentáculos en más organismos para controlarnos.
Nuestra cobardía silenciosa es la que hace que cada día se vista de ropaje democrático la dictadura totalitaria que nos están imponiendo.
Lo que está pasando es la legalización de lo ilegal llevado a cabo por las instituciones sometidas al poder.
Pero esto e solo ha sido posible porque hemos perdido los cojones que nuestros antepasados nos legaron y hoy deshonramos.
Nuestra indolencia y el miedo hacen que no hagamos nada y que toda esta pesadilla siga, mientras aquello que pase, les pase a otros y no a nosotros.
Yo por mi parte he luchado solo, seguiré luchando solo y moriré defendiendo mis principios.
Todavía no ha nacido el dictador que me ponga de rodillas y le agache la cabeza.
¡Que viva la patria!
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