Microempresarios: ¡a pagar, aunque pierdan!

Microempresarios: ¡a pagar, aunque pierdan!
Publicado el: 22/09/2020
Por: Bárbara Terán Picconi

Si Usted se alivió porque no está en el listado de los que deben cumplir con la recientemente impuesta obligación de pagar de forma anticipada el impuesto a la renta del año 2020, puede ser que deba contener su alegría un minuto más… El gobierno ha creado de forma disfrazada y mañosa, un impuesto al ingreso bruto para los microempresarios, y Usted podría estar obligado a pagarlo sin haberse enterado.

Haciendo publicidad sobre lo irrelevante, pasó desapercibida la Ley Orgánica de Simplificación y Progresividad Tributaria de 31 de diciembre de 2019, que obliga a los microempresarios pagar un impuesto a la renta diferente al habitual. El atractivo de la ley excesivamente promocionado con efecto distractor, es que los microempresarios ya no deben declarar el IVA e ICE cada mes sino cada 6 meses y que ya no serán agentes de retención. Una promesa de “simplificación” de las formalidades diarias, para esconder la verdadera desventura.

Tras ese cebo, la ley permite al gobierno cobrarles un porcentaje fijo (2%) sobre sus ingresos brutos. Hagan o no utilidad; tengan o no ganancia; incluso cuando pierdan, pagarán cada seis meses ese falsamente aún llamado “impuesto a la renta” que no tomará en cuenta ni costos ni gastos incurridos en el negocio.

Los microempresarios son las personas naturales o jurídicas que tienen entre 1 y 9 trabajadores y cuyos ingresos anules son menores a USD $300,000. Y les aplicará obligatoriamente este régimen por 5 años, a menos que sus ingresos provengan de alguna de las actividades excluidas: relación de dependencia, prestación de servicios profesionales, ocupaciones liberales, rentas de capital, construcción, urbanización, lotización y otros que no constan en la Ley, pero han sido añadidos por su Reglamento.

La ofrecida simpleza de las formalidades, tampoco necesariamente es tal, pues si el microempresario tiene ingresos provenientes de otras actividades, tendrá que manejar los dos regímenes paralelamente: para la microempresa la declaración semestral de todos los impuestos (renta, IVA, ICE) y para las otras actividades el régimen habitual (IVA e ICE mensual y renta anual).

Adicionalmente, los microempresarios serán sujetos de retención en la fuente del impuesto a la renta, en el porcentaje del 1.75%. Es decir, si bien ellos no harán retenciones, las personas que les paguen por sus ventas, sí las harán.

De esta sutil manera, mientras que el resto de contribuyentes en el Ecuador pagan impuesto a la renta anual solamente si es que la generan, los microempresarios pagan un porcentaje sobre sus ingresos brutos cada seis meses. Y, mientras que los demás contribuyentes podrán siempre pedir devolución o crédito tributario sobre las retenciones realizadas en exceso a su renta, los microempresarios jamás podrán pedir de regreso ese dinero pues las retenciones se cruzarán con sus ingresos y no con su renta.

¿Y quiénes son los perjudicados? El SRI formó en febrero de 2020 por mandato de la ley un “catastro de microempresarios”. Sin embargo, en Septiembre de 2020 lo ha “actualizado” y sorprende ver cómo la lista es ahora de casi 500,000 personas.

Dentro de ese inmenso grupo, la gran mayoría habrá tenido pérdidas en lo que va del 2020. Sin embargo, pagará. Habrá también quienes, por la naturaleza de su negocio, tengan ingresos brutos elevados (por ejemplo, los comisionistas) pero sus ganancias, si las tienen, son pequeñitas. Sin embargo, de ahora en adelante y por cinco años más, pagarán.
Este sistema que se promociona como una ventaja, solamente lo sería si es que someterse a él fuera voluntario. Al estar concebido como lo está, genera unas injusticias absurdas y viola los principios de generalidad, igualdad y proporcionalidad garantizados en nuestra legislación.

Y la frustración más grande es el motivo de su implementación. Pues el gobierno pide más sacrificios a los contribuyentes – tanto a los grandes que ahora tienen que anticipar un valor no previsto, como a los pequeños a los que les impone este impuesto-, porque el tamaño del Estado es inmenso y los ingresos son insuficientes… Y, por tanto, estas decisiones creativas seguirán apareciendo hasta que no hayamos logrado desmantelar el carísimo aparato burocrático que nos tiene quebrados y endeudados.


Publicado en: 4pelagatos.com



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