Las FARCRIM inicia en Ecuador una guerra asimétrica

Las FARCRIM inicia en Ecuador una guerra asimétrica
Publicado el: 09/04/2018
Por: Crnl. Mario Pazmiño S.

Luego de firmado el proceso de paz en Colombia con las FARC-EP que facilitó el tan ansiado premio nobel de la paz a Juan Manuel Santos, Colombia queda sumida en la incertidumbre política y la inseguridad democrática. Los escenarios apuesta de posconflicto fueron mal planteados por el Gobierno de Colombia, dando menos importancia a una realidad que estaba inmersa dentro del pensamiento del guerrillero raso que siempre fue explotado y sometido por los comandantes fareanos.

El acuerdo de paz siempre pensó en dar beneficios a los miembros del secretariado, comandantes de frentes o columnas, con el fin de que estos ejerzan una influencia en los guerrilleros rasos, esto fue una falla garrafal.

La salida del escenario geográfico y del control de áreas estratégicas en el proceso de reinserción a la vida civil de las FARC-EP dejo un vacío que rápidamente seria reclamado por diferentes organizaciones como las BACRIM (bandas criminales) y el ELN, sin embargo otro actor surgía de ese descontento interno de la extinta narcoguerrila fareana, serían las disidencias o grupos residuales que no entregaron las armas e iniciaron su lucha ya no ideológica sino narco-económica. Parte de los frentes 1, 5,17, 29,48, 17,32, 34, 58, 57, no acogieron el llamado de Timochenco a entregar las armas, decidieron continuar la lucha pero fuera de la férrea disciplina fareana y se convirtieron en una mutación de las BACRIM las denominadas FARCRIM-EP (Fuerzas Armadas Revolucionarias Criminales - Ejercito Popular).

Los departamentos de Nariño y Putumayo donde se encuentran los centros de producción cocalera más grandes de Colombia son el bastión operativo de estas disidencias quienes cambiaron la lucha ideológica por los beneficios económicos del narcotráfico. En la frontera colombo ecuatoriana se encuentran operando 14 grupos disidentes pertenecientes a las FARCRIM quienes en algunos casos se fusionaron con las BACRIM existentes como las Guerrillas Unidas del Pacifico, La Gente del Nuevo Orden, El Clan del Golfo, La Empresa, Organización Sicarial del Pacifico, etc.

Otras disidencias o grupos residuales están luchando por ejercer el control de estos departamentos como los grupos Oliver Sinisterra, el grupo de John 40 por citar los más fuertes en el área. Estas estructuras prestan sus servicios a los nuevos carteles colombo-mexicanos que controlan el tráfico desde Colombia y Ecuador.

Existe un reacomodo de fuerzas en la frontera norte, los comandantes de las disidencias tratan de imponer un liderazgo firme y altamente combativo contra las fuerzas legales de los dos países, el objetivo es atraer a las disidencias débiles o que estas busquen una alianza para protección o trabajo con el narcotráfico.

Ecuador se involucra en una Guerra Asimétrica.

El Estado colombiano en la última década ejerció una fuerte presión sobre los cultivos de hoja de coca, los laboratorios, cristalizaderos y los centro de acopio que fueron los más golpeados, por lo que los carteles del narcotráfico comenzaron a trasladar parte de su negocio ilegal hacia los países fronterizos generando lo que se conoce como el “Efecto Globo”. Ecuador fue el que recibió el impacto más fuerte, sus políticas de seguridad eran débiles, controles migratorios ineficientes, corrupción estatal, justicia muy permeable al narcotráfico, sobre todo el criterio errado de funcionarios gubernamentales para quienes el Ecuador era una isla de paz y un país de tránsito, sin darse cuenta que el cambio de estatus marcaba una nueva realidad en la geopolítica regional y mundial, dejamos de ser una país de tránsito para constituirnos en un centro de acopio de droga y plataformas internacionales de distribución.

La provincia de Esmeraldas colinda con los más grandes centros de producción de Colombia ubicados en Nariño, por citar solo un ejemplo, Tumaco tiene 23.148 hectáreas que corresponden al 16% de la producción de coca de Colombia. En esta localidad nace el Corredor del Pacifico que se proyecta por el litoral ecuatoriano y llega hasta el departamento de Piura en Perú, por este corredor transitan precursores, droga, armamento, munición, explosivos, etc., para los grupos disidentes y las estructuras del narcotráfico internacional, si a esto le sumamos la desatención gubernamental de los dos países en la frontera, se crean las condiciones propicias para el desarrollo de las operaciones de los carteles internacionales.

Los últimos acontecimientos en la frontera colombo ecuatoriana específicamente en la localidad de San Lorenzo provincia de Esmeraldas nos permiten ejemplarizar lo expuestos; Una facción del Grupo Oliver Sinisterra liderada por alias “Guacho” quien protege el corredor de abastecimientos y movilidad del Pacifico, fue atacado por las Fuerzas Armadas y Policía Nacional de Ecuador capturando un centro de acopio en esta localidad el día 12 de Enero como parte del operativo “IMPACTO 13”, a consecuencia de esta acción fueron detenidos tres miembros de la organización de “Guacho” y la captura de armamento, munición y explosivos que se guardaban en esta caleta.





Es el inicio de un sinnúmero de represalias que “Guacho” mandó como mensaje contundente al Estado ecuatoriano, la colocación de un coche bomba en el cuartel de policía de San Lorenzo, algo inédito en la historia ecuatoriana, es el inicio de una guerra asimétrica con el empleo de métodos y técnicas atípicas con el propósito de causar el terror en la población, tomar la iniciativa bélica en la zona, obligando a la fuerza pública a reaccionar y no accionar como debería ser.

La facción del Grupo Oliver Sinisterra que opera en el cordón fronterizo ha ejecutado en dos meses y medio nueve atentados terroristas, tres enfrentamientos armados, un secuestro selectivo dejando un saldo a la fecha de cuatro soldados muertos, nueve heridos, tres periodistas secuestrados, además de infraestructura afectada.

Ecuador el nuevo actor en el conflicto colombiano.

La guerra asimétrica desatada por el grupo de “Guacho” contra el Estado colombiano y ecuatoriano, obedece también al acuerdo firmado en la VI Reunión Binacional donde los dos países se comprometen a realizar operaciones militares conjuntas contra estas nuevas amenazas vinculadas al narcotráfico, que utilizan el terrorismo como herramienta de miedo en la frontera. La firma de este acuerdo implica que los enemigos de Colombia hoy son también actores generadores de violencia en territorio ecuatoriano.

Los atentados terroristas no solo se han centrado en ataques a instalaciones militares y policiales, han comenzado a marcar la radicalización de su accionar afectando la infraestructura eléctrica en los dos países. Informes de Inteligencia colombiana calculan que las disidencias podrían representar el 10% del total de integrantes de las FARC-EP en todo el país. El grupo residual de “Guacho” está constituido por aproximadamente 250 exguerrilleros con muy buen armamento, equipo, munición y explosivos con capacidad ofensiva como lo han demostrado en los enfrentamientos con la fuerza pública de los dos países.

Esta guerra asimétrica se encuentra en su primera fase denominada “Marcación de Zona” donde se trata de establecer los límites temporales de su accionar delictivo, para luego de consolidar su poder e influencia en la misma pasar a una “Zona Controlada” donde su accionar será de una mayor presencia armada mediante acciones de enfrentamiento con la fuerza pública con empleo de acciones de terrorismo selectivo a la infraestructura estratégica de la zona. Una tercera fase denominada “Zona Dominada” que se caracteriza por el control total del área, finalmente tendremos los “Santuarios” cuyo mejor ejemplo fue San Vicente del Caguan en Colombia donde se podría definir como la creación de un estado dentro de otro estado. Ecuador se encuentra mutando de la “Marcación de Zona” a una “Zona Controlada”, las autoridades y la Fuerza Pública tienen al momento encapsulado la amenaza de la disidencia de las FARCRIM.



La respuesta dada por los Ministerios del Interior y Defensa no ha generado los resultados esperados, su principal amenaza es el debilitamiento de sus Fuerzas Armadas durante una década y la pérdida operativa del Sistema de Inteligencia Militar, lo que ponen al país frente a un escenario negativo a corto y mediano plazo. Las disidencias de las FARCRIM están midiendo las fuerzas con su nuevo adversario y preparando una acción contundente contra su estructura estratégica que puede ser: Torres de energía, el oleoducto o la refinería que se encuentran dentro de su área de influencia e interés.

El país requiere dejar las posiciones políticas e ideológicas a un lado y pensar que si no actuamos como un solo puño nuestro destino será apocalíptico, creo que es oportuno recordar el pensamiento del Gral. José de San Martín que manifestaba:

“Cuando la Patria está en peligro, todo está permitido, excepto, no defenderla”.
Crnl. MSc. Mario R. Pazmiño S.

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