Elecciones impredecibles
OPINIÓN |Por Mauricio Gándara Gallegos.
La peste, y su consecuencia inevitable, la pobreza, la miseria, en un país desprovisto de reservas, y cuyos escasos recursos han sido saqueados durante catorce años, hace aventurado predecir lo que ocurrirá en las elecciones de febrero del año próximo; lo que piensa y siente el electorado del día de hoy puede ser muy distinto de lo piense y sienta después de los próximos meses, en los que el desempleo, formal e informal, aumentará espantosamente; el hambre se sentirá con más rigor. La angustia de hoy puede tornarse mañana en desesperación y conducir a buscar soluciones extremas.
Al momento, parecería que el elector tendría que escoger entre empresarios exitosos que ofrecen creación de empleo y un candidato hecho a imagen y semejanza del líder que, de ganar, volverá a vaciar las menguadas arcas fiscales; será un títere. Los candidatos empresarios harán su campaña con sus propios recursos, los otros, con las comisiones extorsionadas en los “acuerdos entre privados”, en los grandes contratos del Estado, como en todos los países del socialismo del siglo XXI. Los del capitalismo privado serán la derecha, los otros, la izquierda, como en Argentina, Venezuela, Bolivia, Nicaragua, y otros.
Al presente, poco espacio quedaría para otras tendencias de izquierda o derecha; pero mucho tiempo de campaña resta todavía y las condiciones pueden cambiar. Será fundamental elegir para asambleístas a verdaderos juristas, que reemplacen la Constitución castro-chavista con una que respete la división de poderes, que elimine la actualmente consagrada dictadura mesiánica. El proceso electoral se desarrollará en un ambiente anárquico, en medio de los escándalos de corrupción.
Creo que la fiscal general actuó con precipitación en el caso Bucaram al organizar una horripilante vuelta al ruedo en la que se lo arrancó brutalmente de su arresto domiciliario, para regresarlo luego a su casa, en la misma condición. La ministra de Gobierno pidió que se llame fuertemente la atención a los policías, pero estos no habrían roto puertas ni llamado a la televisión, sin expresa disposición superior. Como consecuencia de la brutalidad, podría ser elegido diputado.
Recuerdo que en abril de 2005, como ministro de Gobierno, dispuse que se cumpla la disposición judicial y se arreste a Bucaram –quien, junto con Alberto Dahik y Gustavo Noboa, fueron brevemente liberados por la efímera corte conocida como Pichicorte–; Bucaram huyó a Panamá en connivencia con la fiscal general de entonces; Dahik, quien comprendió lo precario de la situación, vino breves días para un respetable asunto privado y regresó a Costa Rica; Gustavo Noboa fue apresado por disposición expresa del presidente Palacio.
Habiendo yo dispuesto la detención de Bucaram, me causa repulsa que el actual presidente haya enviado, en la campaña presidencial anterior, a dos delegados a pedir su apoyo; a cambio del cual se le habrían concedido jugosas áreas económicas, por cuyo manejo se lo acusa hoy de haberse beneficiado ilegalmente. ¡Pelea entre compadres! Necesitamos gobernantes y legisladores sabios, visionarios, sobre todo honrados, que con su ejemplo inspiren una renovación legal, ética, moral, del Ecuador. Podemos encontrarlos.
La peste, y su consecuencia inevitable, la pobreza, la miseria, en un país desprovisto de reservas, y cuyos escasos recursos han sido saqueados durante catorce años, hace aventurado predecir lo que ocurrirá en las elecciones de febrero del año próximo; lo que piensa y siente el electorado del día de hoy puede ser muy distinto de lo piense y sienta después de los próximos meses, en los que el desempleo, formal e informal, aumentará espantosamente; el hambre se sentirá con más rigor. La angustia de hoy puede tornarse mañana en desesperación y conducir a buscar soluciones extremas.
Al momento, parecería que el elector tendría que escoger entre empresarios exitosos que ofrecen creación de empleo y un candidato hecho a imagen y semejanza del líder que, de ganar, volverá a vaciar las menguadas arcas fiscales; será un títere. Los candidatos empresarios harán su campaña con sus propios recursos, los otros, con las comisiones extorsionadas en los “acuerdos entre privados”, en los grandes contratos del Estado, como en todos los países del socialismo del siglo XXI. Los del capitalismo privado serán la derecha, los otros, la izquierda, como en Argentina, Venezuela, Bolivia, Nicaragua, y otros.
Al presente, poco espacio quedaría para otras tendencias de izquierda o derecha; pero mucho tiempo de campaña resta todavía y las condiciones pueden cambiar. Será fundamental elegir para asambleístas a verdaderos juristas, que reemplacen la Constitución castro-chavista con una que respete la división de poderes, que elimine la actualmente consagrada dictadura mesiánica. El proceso electoral se desarrollará en un ambiente anárquico, en medio de los escándalos de corrupción.
Creo que la fiscal general actuó con precipitación en el caso Bucaram al organizar una horripilante vuelta al ruedo en la que se lo arrancó brutalmente de su arresto domiciliario, para regresarlo luego a su casa, en la misma condición. La ministra de Gobierno pidió que se llame fuertemente la atención a los policías, pero estos no habrían roto puertas ni llamado a la televisión, sin expresa disposición superior. Como consecuencia de la brutalidad, podría ser elegido diputado.
Recuerdo que en abril de 2005, como ministro de Gobierno, dispuse que se cumpla la disposición judicial y se arreste a Bucaram –quien, junto con Alberto Dahik y Gustavo Noboa, fueron brevemente liberados por la efímera corte conocida como Pichicorte–; Bucaram huyó a Panamá en connivencia con la fiscal general de entonces; Dahik, quien comprendió lo precario de la situación, vino breves días para un respetable asunto privado y regresó a Costa Rica; Gustavo Noboa fue apresado por disposición expresa del presidente Palacio.
Habiendo yo dispuesto la detención de Bucaram, me causa repulsa que el actual presidente haya enviado, en la campaña presidencial anterior, a dos delegados a pedir su apoyo; a cambio del cual se le habrían concedido jugosas áreas económicas, por cuyo manejo se lo acusa hoy de haberse beneficiado ilegalmente. ¡Pelea entre compadres! Necesitamos gobernantes y legisladores sabios, visionarios, sobre todo honrados, que con su ejemplo inspiren una renovación legal, ética, moral, del Ecuador. Podemos encontrarlos.
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