El manoseo a TAME que salpica a toda la aviación

El manoseo a TAME que salpica a toda la aviación
Publicado el: 17/11/2017
Las pérdidas en Tame “superan los 80 millones de dólares", dijo el ahora prófugo excontralor Pólit en una entrevista con @janethinostroza en Marzo del 2016. Un año y medio más tarde, Ignacio Vallejo, un filántropo, amante de la aviación y del país, presidente ad-honorem del directorio, fue entrevistado por el mismo tema, y dijo que la deuda "casi supera los 200 millones de dólares"; pocos días después, saltó a la pantalla un tipo corto de ideas pero labioso como buen “revolucionario”, expresidente de una entidad sinsentido, @emco_ep, y manifestó, entre otras cosas, que la aerolínea “venía acumulando casi 176 millones de pérdidas desde el año 2012” y que además no contaba con los estados financieros desde el mismo año. Finalmente, y para cerrar este burdo manoseo, fue entrevistado uno de los tantos exgerentes y también amigo íntimo de Rafael Correa, el exembajador de Ecuador en Rusia, Patricio Chávez, quien manifestó que las pérdidas reales, según una auditoría realizada durante su corta administración, sumaban los 453 millones de dólares; dijo además que, el gestor de la reconstrucción de los balances de la empresa había sido él y no Wated, pero no escapó a su verborrea, la absurda justificación, del por qué Tame carecía de balances desde el año 2012, afirmando con desparpajo que no había existido un “match” entre el sistema contable de la empresa con los sistemas internacionales a los que Tame supuestamente debía acoplarse, justificación por demás estúpida, tanto o igual a la gestión realizada por cada uno de estos burócratas durante su desastroso paso por la administración pública, donde dejaron más preguntas que respuestas, particularmente aquellos nombrados durante el correísmo.

Tame ha sido víctima de lo que hoy vive, absurdo sería culparla cuando fueron determinados individuos los gestores de su desastre, aquellos que tuvieron poder decisivo dentro y también fuera en calidad de autoridades; aquellos que abusaron de la empresa como si fuese propia, aquellos que firmaron los contratos de aviones bajo la sombra de las condiciones en que éstos se establecieron; quienes abrieron rutas de forma desmesurada; quienes asignaron contratos a dedo y con sobreprecio; quienes condonaron la deuda a Venezuela, y en fin, un sinnúmero de atrocidades más cuya lista sería demasiado larga escribirla pero en su momento seguirá saliendo a la luz. No obstante de lo anterior, la solución que se busca hoy, no debería estar precisamente en la reducción del tamaño de la empresa, menos aún en la venta de sus activos y, peor en el supuesto subsidio de combustible que jamás existió. El problema de Tame es de fondo, desde la estructura misma en que fueron concebidas las empresas públicas por aquellos que jamás administraron ni siquiera en su propia casa, sumado al hecho de que, bajo esa misma premisa, encasillaron a toda una industria de altísimo voltaje como es la aviación, hoy sumida, como ya lo he manifestado, ante leyes restrictivas,caducas,tramposas, que impiden su normal desenvolvimiento, generando elevados costos operacionales, y debiendo lidiar además con autoridades corruptas que responden a una agenda política, aeropuertos caros y leyes laborales que hacen del empresario, un rehén maniatado.

Tame es tan solo el espejo de una realidad que hay que componerla desde todos sus ángulos, promulgando un proyecto de ley, por ejemplo, que involucre tanto a empresarios como también a los distintos sectores gremiales que incluyan además a los dirigentes de las asociaciones de tripulantes, para que juntos elaboren éste y lo sometan a debate y análisis en la Asamblea Nacional. Esto, de ninguna manera dejará en la impunidad, tal y como se pretende hacer con los responsables de la crisis que dejó el correísmo, a aquellos que destruyeron al sector aéreo y que ahora se pavonean sin pudor alguno, tal como lo hace el actual director de Corpac en Cuenca, o el exdirector de la DGAC y exgerente de Tame, ahora investigado por fiscalía por presunto enriquecimiento ilícito, o aquel sinvergüenza que llegó de la mano de Correa, para ocupar la más alta dignidad en aviación y que ahora goza de una empresa de helicópteros, beneficiada como no podía ser de otra manera, de la “década ganada”; ni se diga cada una de las autoridades actualmente en funciones o aquellos ministros que por ley presidieron el directorio.







Hoy por hoy, la nueva administración de Tame tiene un reto importante. Personalmente veo con agrado el nombramiento de Octavio Pérez, una persona con formación aeronáutica y con una gran escuela en su formación personal y profesional. Estoy seguro que, con los correctivos a tiempo, con la estrategia adecuada, pero por sobre todo, con la libertad y el compromiso de hacer las cosas bien y de forma honesta, Tame podrá tener una oportunidad más, de las tantas que ha tenido, para salir adelante, de la mano sin duda, de aquellas personas verdaderamente comprometidas que saben que gracias a esa empresa, pueden y podrán llevar el pan a sus casas.

Esteban Saltos B.

@just4crew

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