El derecho de informar

La próxima campaña electoral nace con un vicio de fondo. Se anula la posibilidad de libre información sobre los candidatos, obstaculizando los derechos del pueblo a elegir con libertad y los derechos de la prensa libre a informar. El Estado de derecho y la libertad de la gente han sufrido en estos cinco años de correísmo graves atropellos. El cierre del Congreso, los juicios a la prensa y a los periodistas y las millonarias demandas, las cadenas de insultos y descalificaciones, así como el constante avasallamiento al ejercicio de una crítica independiente y al pluralismo a través de los medios, han sido duros golpes. Consuman el singular episodio un poder Ejecutivo que copa todos los estamentos del Estado y una Asam-blea Nacional impotente, con una mayoría sumisa de Alianza País que no honra el valor esencial del parlamentarismo: ser espacio de ideas, debates, oposición indispensable en el ejercicio demo-crático y fiscalización al Ejecutivo. Esta Asamblea fue incapaz de ratificarse en sus tesis y aunque varios legisladores oficialistas cuestionaron en principio la prohibición a los medios de informar sobre los candidatos en campaña, terminaron la mayoría de ellos, con su abstención o ausencia, agachando la cabeza. Ahora resulta que el poder del Gobierno Nacional, el aparataje de propaganda oficial millonaria y abusiva y las tribunas de actos oficiales y las cadenas sabatinas tendrán juego libre frente a una oposición anulada y una prensa atada de manos. Eso en ninguna parte se llama libre juego democrático. La decisión disfrazada en una operación parlamentaria y la carencia de apoyos para desbaratar la descabellada tesis oficial, claman a la conciencia civilizada.

Publicado en El Comercio
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