Correa rompe el récord de Veintimilla

El presidente Rafael Correa será desde este 17 de noviembre (dentro de una semana) el gobernante que de forma continuada más tiempo ha permanecido en el poder en Ecuador. Como lo anticipé en "La duración de este Gobierno" (HOY, 10 de febrero de 2013), Correa, con su encadenamiento de Presidencias, superará el próximo domingo al dictador Ignacio de Veintimilla quien conservó durante 130 años el récord de mayor presencia continuada en el poder, al haber gobernado 82 meses y un día seguidos, desde el 8 de septiembre de 1876 al 9 de julio de 1883. El viernes Correa completará los 82 meses, el sábado empatará con "Ignacio de la Cuchilla" y el domingo pasará a los libros de historia como el ecuatoriano de más largo ejercicio gubernamental ininterrumpido.

Y, por supuesto, habrá que contar cuánto tiempo más gobierna, pues todos saben que tiene para largo y que es muy difícil que no sucumba a la tentación de los caudillos latinoamericanos del siglo XXI de cambiar la Constitución para reelegirse indefinidamente. Ya lo dejó entrever hace unos meses (si me siguen molestando, voy a la reelección), pero luego puso punto en boca, probablemente aconsejado por sus estrategas que le reclamaron por haber soltado la lengua demasiado pronto.

Logrado ese récord, ¿superará luego Correa a Eloy Alfaro quien gobernó al Ecuador 141 meses y 21 días, aunque no continuados? ¿Superará Correa a José María Velasco Ibarra, quien gobernó 153 meses en total, aunque en cinco presidencias no continuadas? Nadie lo sabe, pero hay Correa para rato, pues con su control del Legislativo y Judicial (más férreo y completo de lo que ha tenido cualquier mandatario en la historia), puede seguir acomodando reelecciones inmediatas, con las leyes que desee y los pronunciamientos constitucionales que le plazca. Aquella obsecuencia de diputados y jueces controlados, más la sagaz (y apabullante) estrategia propagandística (con sabatinas, cadenas nacionales, cuñas, proliferación de medios oficiales, vallas que cubren la geografía del Ecuador), más el continuado apoyo de los grupos monopólicos (más fuertes y más ricos que nunca) combinado todo con el aniquilamiento de cualquier oposición y la coyunda impuesta a las libertades de expresión y asociación, ¿no apostaría usted a que puede continuar indefinidamente con su gobierno autoritario?

El único límite es, Marx dixit, el de la economía. Le pasó a Veintimilla, que gobernó flotando en la ola del primer boom del cacao pero que vio hundirse su popularidad con la larga sequía en 1882 y la iliquidez fiscal. Cuando conservadores y liberales radicales se sublevaron en Sierra y Costa y finalmente unieron sus tres ejércitos (los de José María Sarasti, Francisco Xavier Salazar y Eloy Alfaro), pudieron tomar Guayaquil, el último bastión del dictador. Este tuvo que huir, no sin antes asaltar dos bancos, de lo que dio fe un notario público (el único robo con notario de la historia del Ecuador). ¿Qué deparará la economía al Gobierno de Correa? ¿Qué nos tiene guardada la historia (o Dios, como lo prefieran) a este Ecuador?

Este domingo Rafael Correa pasará a los libros de historia como el ecuatoriano de más largo ejercicio gubernamental ininterrumpido.
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