Con un pie en la Cancillería y otro en actividades de PAIS

Por Katherine Erazo

A Fondo: Ricardo Patiño

“Ellos trajeron, faltando un día para la consulta, al canciller para decir que vamos a exportar brócoli, pero nosotros queremos tierras”. Es el cuestionamiento de Diocelinda Iza, presidenta del Movimiento Indígena de Cotopaxi (MIC), en referencia a las reuniones que mantuvo el ministro de Relaciones Exteriores, Ricardo Patiño, en la parroquia Toacazo, provincia de Cotopaxi, el pasado 3 de mayo, un día antes de que concluya la campaña electoral para la consulta.

En esta visita Patiño escuchó los pedidos de los pobladores. Les aseguró que el Gobierno, a través de Cancillería y otros ministerios, busca “realizar un trabajo coordinado para mejorar los procesos productivos y de comercialización de los pequeños productores”.

Desde inicios de este año, bajo el lema “apoyo democrático” a los requerimientos del sector productivo, Patiño ha realizado constantes visitas a zonas rurales, a pequeños productores y empresarios. Mantuvo encuentros con cafetaleros, floricultores y arroceros.

Luego de la no renovación del Sistema de Preferencias Arancelarias Atpdea (12 de febrero), la versión oficial fue que los recorridos se inscribían en una estrategia de apoyo gubernamental para garantizar que no se afectarán los puestos de trabajo y habrá normalidad en las exportaciones.

Sin embargo, para la dirigente Diocelinda Iza, la visita del canciller a Toacazo significa “un chantaje del Gobierno” a esa parroquia, donde, destaca, ganó el No en la consulta.

Estas visitas del encargado de la política exterior ecuatoriana coincidieron con la campaña electoral. El 29 de abril pasado, en la comunidad de Gatazo Zambrano, en Chimborazo, abundaron los ofrecimientos. Ante la principal inquietud de unos 200 productores de quinua y brócoli por la no renovación del Atpdea, el canciller explicó el mecanismo de Compensación por Abono Tributario, comprometió apoyo a los exportadores para garantizar la comercialización, además de capacitación y búsqueda de otros mercados. Planteó exponer al presidente Rafael Correa que la banca pública facilite créditos al sector.

Exfuncionarios y funcionarios de la Cancillería que describen el estilo de Patiño señalan que su agitada agenda es la de un funcionario con un pie en la Cancillería y otro en las actividades políticas de PAIS. También el vicecanciller Kintto Lucas mantiene esa postura. Tras la rebelión policial del 30 de septiembre lideró la Vigilia por la Democracia. Ese día en la tarde, mientras Patiño arengaba a la gente para rescatar a Correa, Lucas reunió a 25 embajadores de varios países en el Salón de Próceres de la Cancillería para obtener apoyo de sus gobiernos. Ahí se lanzó el discurso del golpe de Estado. Enseguida se inició una campaña internacional en la que Patiño y Lucas recorrieron países de la región como Cuba, Venezuela, Uruguay, Paraguay, Argentina, Colombia...

Las misiones diplomáticas en el exterior organizaron eventos para difundir el discurso del golpe. En la página web de la Cancillería hay un link bajo el título ‘Vigilia por la Democracia’, en el que se exhiben 38 resoluciones de organismos internacionales, entre ellas, 25 apoyos de presidentes y autoridades, y 41 respaldos de gobiernos.

Tras la consulta popular, Patiño, junto con otros dirigentes del movimiento de Gobierno, volvió a la escena política. Permaneció varios días de la semana que termina en la Delegación Electoral del Guayas, debido a la polémica por los resultados. “Vamos a permanecer atentos al escrutinio... no queremos que se genere un fraude electoral”, dijo el lunes pasado.

El martes, el presidente Rafael Correa lo ratificó en el cargo, calificándolo como un excelente ministro “que está haciendo un trabajo sin precedentes”.

La actividad política de Patiño también se refleja dentro de su Ministerio. Por ejemplo, en el quinto piso del edificio principal de esta cartera en Quito funciona la Unidad de Análisis Político, un equipo de asesores cuyas actividades se manejan con mucha reserva. Fuentes de la Cancillería señalan que el trabajo de esta unidad estaría relacionado con la militancia de PAIS. Uno de sus miembros pertenece a la Fundación CEPS (Centro de Estudios Políticos y Sociales), que asesoró a PAIS en la Asamblea de Montecristi.

Ya en el funcionamiento administrativo de la Cancillería hay varias señales de una permanente conflictividad que si bien no comenzó con Patiño (en funciones desde el 28 de enero del 2010), se ha acentuado durante su gestión.

Una de esas señales se dio a inicios de septiembre del 2010. El presidente de la Asociación de Funcionarios y Empleados del Servicio Exterior (Afese), Rodrigo Yepes, fue removido de su cargo de director de Tratados y reubicado en la dirección de Biblioteca. Yepes había denunciado la contratación de gran cantidad de personas como cuota política y había sido crítico de las acciones gubernamentales en Cancillería.

También el año pasado, alrededor de diez diplomáticos de carrera, de los cuales no todos habrían concluido sus misiones, recibieron la orden de regresar al país y permanecieron por casi un año sin funciones. Un procedimiento que en Cancillería se denomina “la congeladora” a la que se envía a embajadores que resultan incómodos para las autoridades, pero que tampoco se los puede separar del cargo.

El presidente de la Asociación de Diplomáticos de Carrera del Servicio Exterior Ecuatoriano (ADIP), Francisco Martínez, advierte la intención del Gobierno de desinstitucionalizar al servicio exterior.

Uno de los primeros mecanismos, dice, fue la vinculación a la Cancillería de 298 personas mediante contratos de servicios ocasionales. “Si bien muchos de ellos pueden ser profesionales de otras áreas, podrían no solo desconocer de política exterior sino que no cuentan con la experiencia en el ramo”, sostiene. Para el exvicecanciller Marcelo Fernández, este Ministerio está destrozado porque casi ninguno de los nuevos contratados es diplomático de carrera, y agrega que lo grave es que muchos ejercen altas funciones sin estar preparados para ello.

El ejemplo más claro, para Fernández, se concretó tras una reforma a la Ley Orgánica de Servicio Exterior (LOSE), que elimina el requisito de que el viceministro sea un funcionario de carrera. Kintto Lucas, periodista uruguayo nacionalizado hace tres años, fue nombrado para ese cargo.

Martínez advierte de otros riesgos. Uno de ellos, la eliminación de la Academia Diplomática Antonio J. Quevedo, mediante Decreto Ejecutivo 650 del 10 de febrero pasado. En el decreto se establece la transferencia de la Academia al Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN) con el nombre de Escuela de Relaciones Internacionales José Peralta.

La Academia Diplomática se constituyó para ser el tamiz de los diplomáticos, de acuerdo con la Ley de Servicio Exterior, pero a criterio de Martínez, este objetivo se pierde cuando en el decreto (inciso 3 del artículo 2) se mencionan como objetivos de la Escuela: impulsar la formación especializada de los servidores públicos... conforme al Plan Nacional del Buen vivir. “Se está ideologizando hacia dónde tienen que ir quienes ingresen al Instituto”, dice.

Otro elemento de preocupación para ADIP es que se dejó inoperante a la Junta Consultiva de Relaciones Exteriores, que ejercía un papel asesor.

Fernández considera que al no estar la Cancillería en manos de profesionales se derivan “grandes errores” que se han cometido en este periodo. En julio pasado, el entonces embajador de Ecuador ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Francisco Proaño, quien se desempeñaba como presidente del Consejo Permanente de ese organismo, renunció por presiones de Patiño para que posponga una reunión del Consejo Permanente, en la que Colombia denunció la presencia de más de 1.500 rebeldes de las FARC y el ELN en Venezuela.

Durante la rebelión en Libia hubo una posición ambigua frente a Muamar Gadafi, el autor de esa violencia, señala Fernández. Pero el ofrecimiento de residencia que realizó en diciembre pasado Kintto Lucas a Julián Asange, fundador de la página web Wikileaks, marcó el inicio de una serie de polémicas en las que se vieron envueltas las principales cabezas de la Cancillería. La primera, considerada por diplomáticos y analistas como el peor error, fue la expulsión de la embajadora de Estados Unidos en Ecuador, Heather Hodges, tras una publicación de diario El País basada en cables diplomáticos de esa funcionaria, en la que se mencionaba que el excomandante de Policía Jaime Hurtado utilizó su poder para extorsionar.

Aunque Patiño augura una pronta reanudación de las relaciones diplomáticas con ese país, ha pasado un mes desde este hecho. Se teme que pasen otros más antes de que Estados Unidos nombre un embajador.

El mes pasado, los diarios EL UNIVERSO y El Comercio y publicaron un cable de Wikileaks del ministro consejero de la Embajada de Estados Unidos en Quito, Andrew Chritton, el 21 de enero del 2010, que señala que “un informe no corroborado de una fuente indicó que Patiño solicitó fondos de las FARC” para la campaña del 2006. El cable también mencionaba que el canciller manejó fondos de Venezuela para esa campaña. Patiño no solo negó el contenido de ese cable, sino que advirtió con expulsar a diplomáticos de la Cancillería si se comprueba que dieron información a la Embajada de Estados Unidos. Esta semana, Patiño pidió que se publiquen todos los cables.

Este Diario pidió una entrevista con el canciller, pero se indicó que por motivos de agenda no se la podía concretar.
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