Caso Odebrecht: la reacción inteligente y la reacción bruta

Caso Odebrecht: la reacción inteligente y la reacción bruta
Publicado el: 01/05/2017
Había dos formas de reaccionar frente a las revelaciones sobre la corrupción de Odebrecht en el informe del Departamento de Justicia de los EEUU. Una era con inteligencia, honestidad y responsabilidad; la otra sin lo uno ni lo otro. La primera fórmula es la del gobierno peruano de Pedro Pablo Kuczynski; la segunda es la que Rafael Correa exhibió en su más reciente sabatina.

El gobierno peruano, en efecto, asume que en las denuncias sobre las coimas de Odebrecht existe un problema real que tiene que ser procesado y, de ser posible, solucionado. Por eso no solo que ha iniciado una investigación para dar con los nombres de los funcionarios corruptos sino que exigirá a la empresa que pague por lo que ha perjudicado al Estado peruano a través de sus actos de corrupción. En esa dirección ya ha iniciado una negociación con la empresa para que devuelva las ganancias ilícitas obtenidas con los sobornos entregados a funcionarios. De no encontrar una respuesta favorable, el gobierno peruano no descarta ir a los tribunales para exigir a Odebrecht que devuelva al Perú esas ganancias ilícitas. En resumen, el gobierno de Kuczynsky frente a la denuncia reacciona no solo dándole crédito e importancia sino en función de la responsabilidad que tiene y busca que el Estado recupere lo que Odebrecht se embolsicó deshonestamente.

Muy distinta es la reacción que Correa mostró sobre el tema en el enlace que se hizo desde Salinas. Por un lado, el Presidente ecuatoriano trata de desconocer la realidad y negar los hechos buscando por todos los medios afirmar que si hay beneficiados de las coimas hay que buscarlos por cualquier lado que no sea en su Gobierno. Es tan burdo en ese intento que cuando trata de echar todo el bulto del escándalo al alcalde Mauricio Rodas lo único que hace es caer en la contradicción de dar crédito a la denuncia. ¿El informe es bueno para sembrar dudas sobre Rodas pero falso cuando las dudas son sobre su gobierno o funcionarios? “El Gobierno no tiene contratos vigentes con Odebrecht, ya todos los contratos han terminado o están en fase de cierre. Solo hay un contrato en vigencia que es el del Metro de Quito, que es con el Municipio, y de eso no dice nada la prensa. Y solo ese contrato es prácticamente el mismo monto que todos los contratos que ha tenido el Gobierno con Odebrecht”. Correa quiere pasarse de listo, pues no repara que el informe del escándalo habla sobre hechos ocurridos en el Ecuador entre el 2007 y el 2016; es decir, cuando había contratos con el Gobierno.

Correa llegó a sugerir, en esa misma sabatina, la alucinante tesis de que tras el informe del Departamento de Justicia de los EEUU se esconde la intención de perjudicar y desestabilizar al gobierno ecuatoriano y sus opciones electorales para este año. “Ya sabemos más o menos por dónde van los tiros. Mañana dicen ‘es Correa, es (el vicepresidente Jorge) Glas’ y hasta que demostremos que es mentira se nos pasó el 19 de febrero, y eso es lo que buscan: enturbiar las elecciones (generales, previstas para esa fecha)”. Y agregó en lo que parece una reacción en el estilo de Nicolás Maduro: “Cuidado que no es la primera vez que el Departamento de Justicia hace estas investigaciones, pero no en función de la justicia sino en función de los intereses geopolíticos de Washington”.

Correa pretende hacer creer algo absurdo: que los EEUU decidieron fabricar un caso que involucra a 12 países y por el cual cobra miles de millones de dólares a Odebrecht, con el único propósito de afectar electoralmente a su movimiento. Hay que imaginar a los funcionarios del Departamento de Justicia inventándose uno de los casos más sonados de corrupción de la historia de ese país con el exclusivo fin de afectar a Lenín Moreno y Jorge Glas. Como si en el la posibilidad de que ese binomio llegue al poder se jugara la existencia misma de Washington. ¿A alguien se le ocurre una insensatez mayor?

En esta teoría de la conspiración, Correa también incluye a Carlos ‘Charly’ Pareja Cordero, a quien acusó de ser la cabeza del escándalo de corrupción en el caso de Petroecuador. Según Correa, Pareja Cordero también está tras las acusaciones en el tema de Odebrecth pues es abogado de esa empresa. Es decir, el Departamento de Justicia de los EEUU habría incluso coordinado con ‘Charly’ Pareja la fabricación del caso Odebrecht para perjudicar a su gobierno.

El contraste entre la reacción de Kuczynski y Correa es inmenso. El primero no rehuye ni niega al problema y más bien piensa que Odebrecht debe resarcir a su país por haber actuado corruptamente. El segundo, en cambio, patalea en un sospechoso estado de negación. Correa no se contenta siquiera con negar tercamente cualquier posibilidad de corrupción durante su gobierno sino que llega a elaborar fantásticas y alucinantes teorías que no hacen sino ponerlo en ridículo al punto de fabricar una caricatura de sí mismo. Eso despierta sospechas tan grandes como el patetismo con el que intenta defenderse.

Foto Presidencia de la República



Fuente: Martín Pallares



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