Blindaje Electoral
Por: Óscar Terán Terán.
En una República la voluntad popular es sagrada. Y esa voluntad se expresa a través del voto. Esto requiere un proceso que no tiene misterio: convocatoria a elecciones, inscripción de candidaturas, padrón electoral, conformación de juntas electorales, papeletas de votación. El día de la elección: instalación de la junta con presidente, vocal y secretario, inicio de la votación, cierre de la votación, presencia de delegados de partidos políticos, conteo de los votos, proclamación de resultados, que se registran en un acta, firma del acta, escaneo y envío al Consejo Provincial. Así de simple, así de mecánico, así de preciso. Una condición, CNE fuera de toda sospecha.
En Colombia y Costa Rica en las últimas elecciones se han conocido resultados preliminares luego de 2 horas del cierre de las votaciones. Y el resultado definitivo en una hora más.
La cosa es distinta en el Ecuador, en efecto:
El padrón electoral, desde el año 2010 en que se reformó al Registro Civil, se sabe que está inflado porque aparecen más votantes que ciudadanos en capacidad de votar. Se ha denunciado, pero no se ha corregido. La contabilización de las actas se hace en un centro de cómputo, al que pueden acceder -han accedido- personas ajenas al Consejo Nacional Electoral. El sistema de cómputo puede ser con máquinas SMARTMATIC, con las que se pueden programar algoritmos (fórmulas matemáticas) y alterar resultados. Por ejemplo, que los porcentajes de votos entre dos candidatos finalistas, se cambien, que lo que uno tiene vaya para el otro y viceversa. Hay una denuncia en redes sociales de una conversación sobre este hecho en las últimas elecciones presidenciales. Se ha pedido una auditoría al sistema, han ofrecido hacerla, nunca la han hecho. El último fraude en Bolivia, el que le costó el puesto a Evo Morales, se hizo con máquinas SMARTMATIC, también las elecciones en Venezuela, Argentina y Nicaragua. Siempre, con algoritmos y apagón de por medio. Cosas del SSXXI.
La presidenta del CNE, hace meses, anunció que comprará un nuevo sistema para que no se repitan las graves irregularidades denunciadas por vocales del CNE. En los últimos días anunció comprará son computadores (hardware), pero la programación puede ser (SMARTMATIC). Tres de los cinco vocales, los de mayoría, se presentaron al concurso en el que salieron favorecidos, aunque no podían hacerlo en razón del inciso tercero del artículo 210 de la Constitución. El Director Nacional de Procesos fue mantenido en el cargo a pesar de que en su contra había 34 causas, una de las cuales era por falsificación de documento público. La causa 35, de la que se declaró culpable, es la venta de cargos públicos, por lo que está preso como parte de la banda del cura Tuárez. La comisión de fiscalización de la Asamblea inició el mes pasado un juicio contra la presidenta del CNE. Los votos de los asambleístas fueron: 2 que liberaban a la enjuiciada; 4 que se abstuvieron porque encontraron responsabilidades en la enjuiciada y en los enjuiciadores (las abstenciones no cuentan), 6 votaron porque había responsabilidad de la enjuiciada. Hasta aquí 6 es bastante más que 2, pero había truco, se necesitaban 7 votos. Lo que sirvió para mañosería. Por esos días hubo encuesta y el 83% calificaba mal a la Presidenta. La Asamblea no satisfecha con haber impedido que el juicio pase al pleno y se dilucide públicamente, reformó el Código de la Democracia y en su artículo 122 ordena: “…No podrá sancionarse con suspensión de los derechos de participación ni con destitución del cargo a los Consejeros del Consejo Nacional Electoral y a los jueces del Tribunal Contencioso Electoral”.
Esos vocales y esos jueces han quedado inalcanzables, ya no responderán de sus actos, hagan lo que hagan, por ley no se les podrá suspender derechos o destituir de sus cargos. ¡Inaudito! ¡Inverosímil!
Han hecho fraude y lo seguirán haciendo: mismo padrón, mismas SMARTMATIC, mismos vocales, ahora blindados por ley.
¡¡¡Ecuador despierta!!!
En una República la voluntad popular es sagrada. Y esa voluntad se expresa a través del voto. Esto requiere un proceso que no tiene misterio: convocatoria a elecciones, inscripción de candidaturas, padrón electoral, conformación de juntas electorales, papeletas de votación. El día de la elección: instalación de la junta con presidente, vocal y secretario, inicio de la votación, cierre de la votación, presencia de delegados de partidos políticos, conteo de los votos, proclamación de resultados, que se registran en un acta, firma del acta, escaneo y envío al Consejo Provincial. Así de simple, así de mecánico, así de preciso. Una condición, CNE fuera de toda sospecha.
En Colombia y Costa Rica en las últimas elecciones se han conocido resultados preliminares luego de 2 horas del cierre de las votaciones. Y el resultado definitivo en una hora más.
La cosa es distinta en el Ecuador, en efecto:
El padrón electoral, desde el año 2010 en que se reformó al Registro Civil, se sabe que está inflado porque aparecen más votantes que ciudadanos en capacidad de votar. Se ha denunciado, pero no se ha corregido. La contabilización de las actas se hace en un centro de cómputo, al que pueden acceder -han accedido- personas ajenas al Consejo Nacional Electoral. El sistema de cómputo puede ser con máquinas SMARTMATIC, con las que se pueden programar algoritmos (fórmulas matemáticas) y alterar resultados. Por ejemplo, que los porcentajes de votos entre dos candidatos finalistas, se cambien, que lo que uno tiene vaya para el otro y viceversa. Hay una denuncia en redes sociales de una conversación sobre este hecho en las últimas elecciones presidenciales. Se ha pedido una auditoría al sistema, han ofrecido hacerla, nunca la han hecho. El último fraude en Bolivia, el que le costó el puesto a Evo Morales, se hizo con máquinas SMARTMATIC, también las elecciones en Venezuela, Argentina y Nicaragua. Siempre, con algoritmos y apagón de por medio. Cosas del SSXXI.
La presidenta del CNE, hace meses, anunció que comprará un nuevo sistema para que no se repitan las graves irregularidades denunciadas por vocales del CNE. En los últimos días anunció comprará son computadores (hardware), pero la programación puede ser (SMARTMATIC). Tres de los cinco vocales, los de mayoría, se presentaron al concurso en el que salieron favorecidos, aunque no podían hacerlo en razón del inciso tercero del artículo 210 de la Constitución. El Director Nacional de Procesos fue mantenido en el cargo a pesar de que en su contra había 34 causas, una de las cuales era por falsificación de documento público. La causa 35, de la que se declaró culpable, es la venta de cargos públicos, por lo que está preso como parte de la banda del cura Tuárez. La comisión de fiscalización de la Asamblea inició el mes pasado un juicio contra la presidenta del CNE. Los votos de los asambleístas fueron: 2 que liberaban a la enjuiciada; 4 que se abstuvieron porque encontraron responsabilidades en la enjuiciada y en los enjuiciadores (las abstenciones no cuentan), 6 votaron porque había responsabilidad de la enjuiciada. Hasta aquí 6 es bastante más que 2, pero había truco, se necesitaban 7 votos. Lo que sirvió para mañosería. Por esos días hubo encuesta y el 83% calificaba mal a la Presidenta. La Asamblea no satisfecha con haber impedido que el juicio pase al pleno y se dilucide públicamente, reformó el Código de la Democracia y en su artículo 122 ordena: “…No podrá sancionarse con suspensión de los derechos de participación ni con destitución del cargo a los Consejeros del Consejo Nacional Electoral y a los jueces del Tribunal Contencioso Electoral”.
Esos vocales y esos jueces han quedado inalcanzables, ya no responderán de sus actos, hagan lo que hagan, por ley no se les podrá suspender derechos o destituir de sus cargos. ¡Inaudito! ¡Inverosímil!
Han hecho fraude y lo seguirán haciendo: mismo padrón, mismas SMARTMATIC, mismos vocales, ahora blindados por ley.
¡¡¡Ecuador despierta!!!
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