18 días de desencuentro
Publicado el: 7/1/2022OPINIÓN | Por: Luis Antonio Calderón Carrera
Luego de una larga jornada de movilizaciones, el “Paro Nacional” convocado por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador, llega a su fin. Un escenario en donde se abrió el telón para la muerte cruzada, la violencia en las calles, los pedidos de paz por parte de la ciudadanía quiteña; dieciocho días que despertaron el caos en el Ecuador, con un mensaje muy importante para el gobierno y la sociedad.
Un Poder Legislativo desgastado, carente de conocimientos en su totalidad y mediocre sin excepción alguna, permitió que el país, por iniciativa de las mentes lúcidas, mire de forma cercana la intención de destituir al presidente de la República.
Leonidas Iza, al mando de la CONAIE, promovió el levantamiento de sus bases, conjuntamente con otras organizaciones sociales que respaldaron las acciones del Movimiento Indígena, mismas que en su momento gracias a los grupos guevaristas e infiltrados se tornaron violentas y vandálicas, afectando a la mayoría de los ecuatorianos en el correcto desarrollo de sus labores, pero sobre todo la imagen de los pueblos y nacionalidades; aunque trataron de esconder el salvajismo tras el legítimo derecho a la protesta (pacífica), no lo lograron. Iza, pasó de ser un líder indígena, a consagrarse como “aprendiz de terrorista” bajo las órdenes del SSXXI.
En Quito, cientos de ciudadanos “de bien”, se autoconvocaron en la Avenida de los Shyris, para pedir por la paz, muchos de ellos elevando consignas racistas en contra de los manifestantes. Estas convocatorias, poco a poco sacaron a relucir su objetivo, dando a notar que, sería el momento oportuno para medir fuerzas entre los posibles candidatos a alcalde de Quito, quien lograría una mayor convocatoria en esta “reunión social” podría ser fichado por los partidos que ya podemos imaginar.
La moraleja para el presidente luego de este tiempo de grave crisis política, sin duda es enmendar, evaluar su equipo asesor y gabinete, recuperar el olfato político, separar a los rezagos correistas que están incrustados en el gobierno, aceptar los diferentes criterios, no confiar en quienes siempre dan la razón, separar a aquellos que tratan de poner en marcha ideas que únicamente pueden funcionar en Silicon Valley, sepultar a los que intentaron enterrarle con una fuerte votación en la Asamblea Nacional.
Esta vez, la democracia logró su victoria, pero la misma debe prevalecer y salir por la puerta grande luego del mandato del presidente Lasso; es fundamental mantener un apego a las bases que abrieron camino a su triunfo, un apego al pueblo, a las comunidades, esto le permitirá recuperar y fortalecer el liderazgo.
La lucha justa de los pueblos no sólo es hoy, está grabada en nuestra historia. Con empatía, solidaridad, paz y dialogo, se debe entender a quienes claman por sus derechos, con la atención necesaria, por eso, quienes se encuentran en el poder, no deben descuidar estos grupos, así como no deben descuidar la institucionalidad del Estado.
Sumario
Aristóteles decía: “No hace falta un gobierno perfecto; se necesita uno que sea práctico”.
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