Las desafortunadas palabras de Gustavo Petro que politizan la tragedia de Manabí: La insensibilidad que no pasó desapercibida
Publicado el: 20/04/2025El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha generado controversia y rechazo tras sus declaraciones sobre la masacre ocurrida en Manabí, Ecuador, el 19 de abril de 2025, en las cuales calificó el trágico evento como parte de un ciclo de violencia que afecta no solo a Ecuador, sino a toda la región de América Latina. Si bien su comentario podría haber tenido la intención de resaltar un problema estructural, las palabras de Petro fueron percibidas por muchos como desinformadas, poco sensibles y hasta oportunistas en un momento tan delicado.
El contexto de las declaraciones
La masacre en Manabí dejó once personas muertas y nueve heridas cuando más de diez sujetos, vestidos con ropa similar a la de los militares, irrumpieron en una gallera y dispararon indiscriminadamente. Este evento, en pleno corazón de Ecuador, refleja la creciente violencia que ha azotado el país en los últimos años. La noticia conmocionó a la sociedad ecuatoriana, y su impacto trascendió fronteras, generando reacciones en diversas partes de América Latina.
En ese contexto, el presidente colombiano Petro reaccionó a través de un mensaje en la red social X (anteriormente conocida como Twitter), en el que utilizó la masacre de Manabí como un ejemplo para ilustrar un fenómeno de violencia regional. Según Petro, Ecuador estaba entrando en el mismo ciclo de violencia que ha vivido Colombia, comparando el suceso con la situación de países como México, Venezuela y Centroamérica, en los que la violencia del crimen organizado se ha expandido.
El problema de la comparación
Lo que Petro no consideró en su comentario fue la sensibilidad del momento. La masacre en Manabí no solo fue un ataque brutal, sino que también fue un golpe directo a la comunidad ecuatoriana, que no está acostumbrada a este tipo de violencia. Mientras que en Colombia, México y otras naciones latinoamericanas el crimen organizado es una amenaza persistente, Ecuador, hasta hace pocos años, mantenía un nivel de violencia relativamente bajo.
Al comparar la situación de Ecuador con la de Colombia, Petro minimizó las particularidades de cada contexto. La violencia en Colombia tiene raíces profundas en el conflicto armado interno y la lucha contra los carteles de narcotraficantes, mientras que Ecuador, aunque afectado por el narcotráfico y el crimen organizado, nunca había experimentado el mismo nivel de violencia masiva. Esta comparación no solo es imprecisa, sino que también ignora los esfuerzos y los avances del pueblo ecuatoriano para mantener la paz y la estabilidad en el país.
La desinformación y la falta de empatía
Otro aspecto que no pasó desapercibido fue el tono de las declaraciones de Petro. Su mensaje pareció más centrado en hacer una reflexión política sobre la violencia en América Latina que en expresar solidaridad con las víctimas y sus familias. En lugar de ofrecer apoyo o palabras de consuelo, Petro usó la tragedia como un punto de partida para hablar de un fenómeno más amplio y regional, lo cual fue visto por muchos como una falta de respeto hacia las víctimas directas de la masacre.
Las víctimas de la masacre en Manabí no son números en un reporte estadístico, ni son solo símbolos de un problema más grande. Son personas, familias, comunidades que están sufriendo, y lo que muchos esperaban de un líder político como Petro era un mensaje de empatía y apoyo. En lugar de eso, su intervención fue vista como una injerencia política que desvió la atención del verdadero problema: la creciente violencia en Ecuador y cómo se puede abordar desde una perspectiva interna.
La reacción de la comunidad internacional
La reacción a las palabras de Petro no tardó en llegar. Muchos usuarios de redes sociales, tanto en Ecuador como en Colombia, expresaron su malestar por las declaraciones del presidente colombiano. Además, varios analistas políticos y figuras públicas de Ecuador consideraron que Petro, al hacer esa comparación, estaba politizando un doloroso evento sin entender realmente las implicaciones de su mensaje.
El hecho de que Petro haya mencionado que "Ecuador entra en el ciclo de violencia que ha vivido Colombia" fue interpretado por algunos como una especie de predicción fatalista que resta valor al trabajo que el gobierno ecuatoriano y su gente están haciendo para combatir el crimen. Para muchos, esto solo añadió más presión a un país que ya está lidiando con graves problemas de seguridad.
Petro también se entromete en la situcación muy particular del Ecuador sugiriendo que la violencia en la región se puede superar a través de la “inteligencia y el diálogo social”, palabras que recuerdan a Manuel López Obrador y su frase "abrazos y no balazos" como una solución al problema d eviolencia criminal que vive México. En lugar de centrarse en la tragedia y la cooperación para resolver el problema de la violencia, Petro se enfocó demasiado en el análisis de la situación como una cuestión de política regional, restando la atención de lo realmente importante en ese momento: la necesidad de apoyo para las víctimas y sus familias.
Foto: Presidencia de la República de Ecuador.
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