Ecuador frente al abismo: entre la democracia frágil y el regreso del narcoestado
Publicado el: 04/01/2025
Ecuador atraviesa uno de los momentos más críticos de su historia reciente. A puertas de una nueva elección presidencial, el país se encuentra, según el análisis del abogado y exministro boliviano Carlos Sánchez Berzaín, "en el filo de la navaja": o consolida su salida del autoritarismo o regresa a ser una base del narcotráfico y del socialismo del siglo XXI.
En una entrevista realizada en Radio Centro, con Gonzalo Ruiz y Paty Terán, Carlos Sánchez Berzaín director del Instituto Interamericano para la Democracia alerta sobre los riesgos que enfrenta Ecuador si vuelve al poder el correísmo, al que señala como parte de una red internacional de regímenes criminales que ya han devastado países como Venezuela, Bolivia, Cuba y Nicaragua.
Una amenaza que vuelve: impunidad y narcopolítica
“El 13 de abril no se juega una elección más”, advierte Sánchez Berzaín. “Está en juego la permanencia de Ecuador como país libre o su retorno a la estructura de impunidad y narcotráfico del correísmo”.
Según el abogado, el proyecto político que representa la candidatura correísta no busca gobernar, sino borrar sentencias judiciales, garantizar impunidad a sus líderes condenados —como el expresidente Rafael Correa y Jorge Glas— y reconectar a Ecuador con los regímenes de Venezuela y Cuba. Todo esto, apunta, convertiría nuevamente al país en una “plataforma del crimen transnacional”.
El narcoestado como modelo de gobierno
Sánchez Berzaín sostiene que el socialismo del siglo XXI ha abandonado cualquier principio ideológico para convertirse en una red de poder criminal sostenida por el narcotráfico. Bajo este modelo —dice— no solo se protege a los traficantes, sino que se los convierte en políticos, empresarios e incluso presidentes.
“El crimen organizado se incrusta en el Estado. Mientras hay dictadura, el narco trabaja tranquilo. Pero cuando llega la democracia, el crimen saca las garras para defender sus espacios”, alerta.
En este sentido, cerrar la base de Manta, como lo hizo Correa, fue un error histórico. “Si esa base aún estuviera, si no se hubiera permitido la penetración cubana, venezolana y colombiana, hoy Ecuador no estaría pagando el costo de haber sido tomado por el narcotráfico”, afirma.
Ecuador: el único que escapó, pero no del todo
A diferencia de Bolivia y Venezuela, Ecuador logró salir pacíficamente del socialismo del siglo XXI, gracias al giro que dio el expresidente Lenín Moreno. Sin embargo, Sánchez Berzaín insiste en que la salida ha sido incompleta: aún persisten leyes, estructuras judiciales y una constitución que dan sustento al modelo autoritario impuesto durante la década correísta.
“El retorno a la democracia no será completo hasta que no se deroguen las leyes de la dictadura, se reforme la constitución redactada en Cuba por encargo de Chávez y se ejecuten las sentencias contra los responsables del saqueo institucional”, sostiene el entrevistado.
Las cicatrices del correísmo
Durante el mandato de Rafael Correa, según denuncia Sánchez Berzaín, Ecuador vivió una auténtica dictadura: - Concentración total del poder en el Ejecutivo - Presos políticos y exiliados - Violación sistemática de derechos humanos - Cooptación de la justicia y del legislativo - Alianzas con redes internacionales criminales
Incluso se refiere al episodio conocido como “la narco-valija diplomática” y al hecho, históricamente documentado, de que el padre de Correa fue sentenciado por narcotráfico en Estados Unidos.
El dilema de Ecuador: ¿seguir enfermo o curarse?
Para Sánchez Berzaín, Ecuador no está pagando el precio de la recuperación, sino el costo de la enfermedad: años de saqueo, impunidad y penetración del narcotráfico en el Estado.
“El país tiene una oportunidad histórica: consolidar su democracia o recaer en el modelo que lo convirtió en base del crimen transnacional”, afirma. La metáfora es clara: “Es como un paciente grave que empieza a mejorar... ahora debe decidir si quiere curarse del todo o volver a enfermar”.
El futuro inmediato: elección o rendición
La elección del 13 de abril será, según el Dr. Sánchez Berzaín, mucho más que un proceso electoral: será una batalla entre la libertad y el crimen organizado. Ganar no significará solo acceder al poder político, sino también garantizar el avance o el retroceso de un país que ya demostró que es posible salir de una dictadura sin violencia.
“Si Ecuador cae de nuevo —advierte—, el socialismo del siglo XXI volverá a tener un bastión político en la región. Pero si se mantiene firme, será el principio del fin de esa red criminal que ha disfrazado el totalitarismo de justicia social durante demasiado tiempo”.