Los Comités de la Revolución son el as electoral de Rafael Correa

Guayaquil dejó de ser un tema pendiente en la agenda política de movimiento PAIS. Los Comités de Revolución Ciudadana (CRC), establecidos en 28.963 manzanas que existen en esta ciudad, probaron el domingo pasado ser altamente efectivos a la hora de encarar un proceso electoral.

Seis años les ha tomado a los responsables de la organización de PAIS, en Guayas, convertir los CRC en una sólida red de trabajo de bases sociales y políticas.

Para entender el histórico 64% de apoyo que logró el presidente Rafael Correa en su carrera a la reelección, el más alto conseguido en Guayas desde que irrumpiera en la política en su primera elección en 2006, se debe recorrer los barrios populares.

En las parroquias urbanas Febres-Cordero, Ximena o en las partes deprimidas de la Tarqui, especialmente, no hay manzana que no tenga una casa donde se observe una gigantografía del mandatario. Y no es que sean centrales políticas, sino que son casas donde operan pequeños comités que están encargados, a su vez, de capacitar y de resguardar los intereses de otras familias de la cuadra.

Raúl Patiño, asambleísta electo por el distrito 1, es uno de los responsables de la implementación de los CRC. La idea en sí no fue nueva. Trabajó en base a la red de centrales que lo llevaron a la diputación en 1990. Y al llegar al 2006, la reactivó bajo el auspicio de "revolución ciudadana". El objetivo fue claro: conseguir respaldo popular.

Patiño, otrora militante del Partido Socialista, indicó que esa misma estructura está inspirada en los denominados "Comités de barrio" que en la década de los 60 y 70, estableció Carlos Guevara Moreno, el fundador de Concentración de Fuerzas Populares (CFP).

Los CRC están integrados por un equipo de "voluntarios". Así los llaman en PAIS. Los militantes reciben capacitación social, política y jurídica. También son adoctrinados con las denominadas "10 revoluciones".

así opera el sistema. Los responsables de implementar los comités valoran sobre todas las cosas la capacidad de socialización que tengan los interesados en promover el movimiento entre sus vecinos.

La participación empieza con una acción sencilla: repartir folletos. Parece algo simple, pero no lo es en el fondo, porque el vecino debe anotar los nombres de las personas a las que entrega el material. Esa lista es cotejada en el interior del partido con datos del Registro Civil. "Hay muchas personas, centenares, que nos quisieron sorprender poniendo nombres falsos en los listados. Inmediatamente detectamos que nos engañaban y los encaramos", explica uno de los activadores.

La segunda prueba que debe pasar un interesado es convocar a una charla de capacitación a los vecinos. Allí se mide su poder de convocatoria. El taller es dictado por capacitadores del mismo movimiento PAIS.

María Jalca, la secretaria de Acción Política del movimiento, es una de las encargadas de adoctrinar a los que asisten a las capacitaciones. Estas no duran más de cuatro horas, afirma Mónica Brito, otra de las responsables de la capacitación.

Lo que se espera es que ese voluntario termine convertido en un militante afiliado. Existen alrededor de 2.904 personas que colaboran para PAIS bajo esa modalidad de militancia.

Para evitar que solo un "cacique" figure o lidere un sector, el movimiento decidió formar un equipo de trabajo.

En un denominado bloque, que está integrado, en promedio, por 25 manzanas, opera un comité que tiene un coordinador, un subcoordinador y entre cinco o seis personas a las que se les asigna el cuidado y seguimiento de las familias que viven en determinadas manzanas.

Por ejemplo, dentro de la organización de control político realizada por PAIS, el Bloque 200, conformado por 21 manzanas, está situado en el circuito 04, del distrito 04, del sector de Portete, de la parroquia Febres-Cordero. Allí viven 5.153 personas en 1.405 viviendas. El responsable es Luis Aldás, y la subcordinadora es María de Lourdes Dután.

Junto con ellos trabaja en ese sector, José Caicedo, Gustavo Aldás, María Dután, José Álvarez y Miguel Caicho.

Caicedo es responsable de las personas que viven en las manzanas 17, 19, 20 y 21. A Caicho se le encargó las de las manzanas 11, 12, 13 y 14. Y el resto de familias fueron asignadas a los demás coordinadores del comité.

Nelson Hermoso es uno de los coordinadores de esa organización llamada circuito. Bajo su responsabilidad está una jurisdicción en la que viven 305.000 personas, al sur de la ciudad. Y si se le pregunta, él recita casi sin respirar cada uno de los 10 coordinadores de CRC que operan en su sector.

Lo mismo ocurre con Fernando Rentería, quien tiene a su cargo 63 sectores, que tienen 92.000 viviendas y 364.000 personas.

Movimiento PAIS también cambió la dinámica de trabajo con las bases sociales. No solo motiva a sus integrantes a permanecer en constante capacitación con charlas y dinámicas políticas, sino que a diferencia de la forma cómo trabajaron, en su momento, el Partido Social Cristiano (PSC), Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE), el Partido Renovación Independiente Acción Nacional (Prian) y últimamente el Partido Sociedad Patriótica (PSP), las centrales "verdes" permanecen operativas aún fuera de las épocas electorales.

"A nosotros, en este barrio, nos han visto cada día desde hace más de cuatro años, atendiendo y recibiendo a personas en esta central", refiere una militante que permanece sentada a la espera de una charla para analizar los resultados de las elecciones pasadas.

¿Qué ganan? El movimiento PAIS también consigue ventaja en relación a los otros partidos, respecto a la forma cómo se mantiene vigente el apoyo electoral. La clave: Tienen el Estado de su lado. Y aprovechan sus contactos para "llevar la administración pública a los barrios más apartados". Práctica común se convirtió que los líderes barriales que apoyaban a algún partido consiguieran trabajo para ellos o su gente. PAIS les advierte a los voluntarios que trabajo no encontrarán, pero sí beneficios.

Peggy Ricaurte, exsubsecretaria del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES), y una de las candidatas a asambleístas por el distrito 2, explica así: "Gran parte del apoyo que tenemos es porque hemos recuperado la fe en la política y en los políticos. La organización barrial fue transformada. Dejó de ser esa plataforma electoral que era usada por los partidos para convertirse en militantes que entienden la política y ven cómo sus acciones tienen respuestas".

En la práctica, lo que sostiene Ricaurte funciona así: si un CRC detecta que en el sector existen moradores que no han sido incluidos en el Bono de Desarrollo Humano, toman sus datos y lo derivan hasta la subsecretaría responsable.

O como sucedió en un barrio del Guasmo. Un grupo de moradores presentó su queja a uno de los candidatos de PAIS que desde hace un año reposaba en el Ministerio de Deportes los estatutos de una asociación deportiva.

Bastó con que el candidato llamara directamente al teléfono celular del ministro José Francisco Cevallos para solucionar el tema. "No solo conseguimos un estatuto, sino que les ofrecimos 18 modelos de estatutos luego de que se les asignara un asesor del Ministerio para que trabajara con los moradores", recordó Patiño.

"La gente confía en nosotros. Nos siente mucho más cercana. Le resolvemos los problemas. Por eso votó masivamente por nosotros", indicó el asambleísta electo.

Eso se demostró en campaña. La forma cómo la trabajaron también fue distinta (ver infografía). Mientras la mayoría de los candidatos caminaba o recorría en vehículos por las vías principales, los candidatos de PAIS recorrían las calles por donde estaban ubicados sus centrales políticas. Allí realizaban pequeños mítines. Previamente, los coordinadores habían repartido material con las propuestas electorales. Así convencieron al 64% de los electores para su "histórico triunfo".

Daniel Solórzano Salazar - Expreso.ec - Redactor Político
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