Moreno se «descorreíza»
Lenín Moreno se quita la correa. El arranque por la segunda vuelta, a la caza del 20 % de indecisos que según las encuestas definirán el balotaje, ha obligado al candidato oficialista a cruzar los márgenes del radicalismo del partido de Gobierno.
Hoy Moreno, un verdeflex que nunca viste de verde, mantiene una estrategia progresiva más allá del color blanco con el que ha buscado distanciarse. Su giro discursivo se evidencia en el empleo, los impuestos y las drogas; tres banderas opositoras
En sus discursos más recientes ha prometido, por ejemplo, eliminar el cobro anticipado del Impuesto a la Renta. “Creo que cualquier medida impositiva debe preservar la dolarización y empleo”, aseguró en la ratificación de una propuesta de campaña que había soltado a finales del año pasado y de la cual no había vuelto a hablar desde que el mismísimo presidente Rafael Correa la descartara diciendo que “no está en el plan de Gobierno de Alianza PAIS”. Ahora, de cara al balotaje, Moreno se reafirma.
No solo eso. Moreno ha prometido también la revisión del criticado Impuesto a la Salida de Divisas y otra serie de tributos, así como la conformación de un comité que negocie la carga impositiva. “Hay que revisarlos”, dice. Una postura que, en el sector empresarial, genera críticas: “Diez años después y solo en campaña se dan cuenta de que la carga impositiva que tenemos afecta y produce recesión en el sector productivo”, ha dicho Patricio Alarcón, presidente de la Cámara de Comercio de Quito.
Otras medidas intocables de la revolución también han caído en el radar del naciente espíritu reformista de Moreno. Ahora, por ejemplo, promete cerrar la Secretaría del Buen Vivir, blanco de todos los ataques desde su inexplicada creación. Moreno considera que esta secretaría, con fondos públicos, debe recaer en el esfuerzo del sector privado.
En materia ambiental, el candidato también ha empezado un lento desmarque de la visión correísta. Sobre la minería se ha visto dispuesto a ofrecer “más control”, reconociendo que hace falta; sobre la explotación petrolera se ha mostrado abierto, en contraposición a la firme oposición presidencial, a dar paso a una consulta sobre la extracción en el Yasuní ITT, que fue negada al colectivo ciudadano Yasunidos durante el período actual.
La descorreización ha llegado también a las libertades civiles. Un día después de que la candidatura de Guillermo Lasso (CREO-SUMA) recibiera la adhesión de grupos de médicos, inconformes con las políticas que regulan al gremio, el candidato oficialista tomó su cuenta de Twitter para pedir a la Asamblea controlada por su partido “suspender discusión de proyecto de Código de la Salud para socializarlo mejor con ciudadanía al iniciar” el próximo Gobierno. Un paso similar al ofrecido a la libertad de expresión, bajo la promesa de “reformar la ley” sobre todo en lo relacionado a la “institucionalidad” que esta ha construido con críticas y sospechas sobre la censura.
Por si fuera poco, en el tercer gran tema de interés ciudadano y de crítica opositora, la droga, ha prometido analizar y acoger “la tabla propuesta por Cynthia Viteri (PSC)”, quien acusó al correísmo de “meter la droga en los hogares y escuelas”.
Moreno considera que el país necesita más empleos, menos impuestos y reformas en materia de drogas. “Entonces simplemente debería votar por Guillermo Lasso”, ironiza el jefe de comunicación de esa campaña, Eduardo Bonilla, en conversación con este medio. El equipo de CREO acusa al oficialista de “querer pasar por opositor”. El equipo de Moreno no contestó al pedido de comentarios de este Diario.
Por: Andersson Boscán
Hoy Moreno, un verdeflex que nunca viste de verde, mantiene una estrategia progresiva más allá del color blanco con el que ha buscado distanciarse. Su giro discursivo se evidencia en el empleo, los impuestos y las drogas; tres banderas opositoras
En sus discursos más recientes ha prometido, por ejemplo, eliminar el cobro anticipado del Impuesto a la Renta. “Creo que cualquier medida impositiva debe preservar la dolarización y empleo”, aseguró en la ratificación de una propuesta de campaña que había soltado a finales del año pasado y de la cual no había vuelto a hablar desde que el mismísimo presidente Rafael Correa la descartara diciendo que “no está en el plan de Gobierno de Alianza PAIS”. Ahora, de cara al balotaje, Moreno se reafirma.
No solo eso. Moreno ha prometido también la revisión del criticado Impuesto a la Salida de Divisas y otra serie de tributos, así como la conformación de un comité que negocie la carga impositiva. “Hay que revisarlos”, dice. Una postura que, en el sector empresarial, genera críticas: “Diez años después y solo en campaña se dan cuenta de que la carga impositiva que tenemos afecta y produce recesión en el sector productivo”, ha dicho Patricio Alarcón, presidente de la Cámara de Comercio de Quito.
Otras medidas intocables de la revolución también han caído en el radar del naciente espíritu reformista de Moreno. Ahora, por ejemplo, promete cerrar la Secretaría del Buen Vivir, blanco de todos los ataques desde su inexplicada creación. Moreno considera que esta secretaría, con fondos públicos, debe recaer en el esfuerzo del sector privado.
En materia ambiental, el candidato también ha empezado un lento desmarque de la visión correísta. Sobre la minería se ha visto dispuesto a ofrecer “más control”, reconociendo que hace falta; sobre la explotación petrolera se ha mostrado abierto, en contraposición a la firme oposición presidencial, a dar paso a una consulta sobre la extracción en el Yasuní ITT, que fue negada al colectivo ciudadano Yasunidos durante el período actual.
La descorreización ha llegado también a las libertades civiles. Un día después de que la candidatura de Guillermo Lasso (CREO-SUMA) recibiera la adhesión de grupos de médicos, inconformes con las políticas que regulan al gremio, el candidato oficialista tomó su cuenta de Twitter para pedir a la Asamblea controlada por su partido “suspender discusión de proyecto de Código de la Salud para socializarlo mejor con ciudadanía al iniciar” el próximo Gobierno. Un paso similar al ofrecido a la libertad de expresión, bajo la promesa de “reformar la ley” sobre todo en lo relacionado a la “institucionalidad” que esta ha construido con críticas y sospechas sobre la censura.
Por si fuera poco, en el tercer gran tema de interés ciudadano y de crítica opositora, la droga, ha prometido analizar y acoger “la tabla propuesta por Cynthia Viteri (PSC)”, quien acusó al correísmo de “meter la droga en los hogares y escuelas”.
Moreno considera que el país necesita más empleos, menos impuestos y reformas en materia de drogas. “Entonces simplemente debería votar por Guillermo Lasso”, ironiza el jefe de comunicación de esa campaña, Eduardo Bonilla, en conversación con este medio. El equipo de CREO acusa al oficialista de “querer pasar por opositor”. El equipo de Moreno no contestó al pedido de comentarios de este Diario.
Por: Andersson Boscán
Comparte esta noticia en tu:
Este artículo se ha leído: 7896 veces.
Tags: Alianza pais Quito