Fidel Araujo y los forajidos del 2005

Cuando en la administración de justicia pesa la influencia política de quienes están en el poder, es posible que se produzcan fallos insólitos. Es lo que acaba de ocurrir con el mayor (r) Fidel Araujo, ex militante de Sociedad Patriótica, quien tres años después de la lamentable revuelta policial del 30-S, está por recibir una condena de hasta nueve años de prisión por el delito de “incitación a la rebelión e indisciplina de la fuerza pública”.

La afirmación que hago en este post no tiene nada que ver con el hecho de que un tribunal penal declare culpable a un ciudadano con las mismas pruebas con las cuales, 32 meses atrás, otro tribunal lo sobreseyó de manera definitiva. (Hay que tomar en cuenta que entre el primer fallo y el segundo se produjo una consulta popular para reformar a la Justicia, se reestructuró todo el sistema bajo la autoridad del Poder Ejecutivo y se creó una comisión ad-hoc, nombrada por el Presidente para investigar los hechos del 30-S, en donde se ya concluyó que Araujo era uno de los actores siniestros que estuvo detrás del supuesto intento de golpe de Estado y magnicidio de aquel viernes trágico).

Lo que llama la atención en la reciente sentencia es que el delito por el que se condenó a Araujo resulta, en el plano político, muy similar al que habrían cometido -según el razonamiento de los jueces de hoy- miles de forajidos que pedían a gritos la salida de la Pichicorte y el fin del dictócrata, en abril del 2005.

El video que la parte acusatoria (léase Ministerio de Justicia) y la Fiscalía pusieron a consideración de los jueces tiene que ver con unas declaraciones de Araujo a Ecuavisa el día de la protesta. Allí, Araujo dice textualmente: “Lo único que funciona cuando no hay racionalidad son las rebeliones populares”.

¿Cuál es la diferencia entre estas palabras y los cientos de comentarios que salieron de radio La Luna, aquella semana de abril del 2005, y desde donde se articuló la protesta de la gente indignada por la decisión del gutierrismo de tumbarse la Justicia?

Los reportes periodísticos de la época, léase EL COMERCIO del domingo 17 de abril del 2005, señalan por ejemplo: “En radio La Luna, que en Quito se transmite por el 99,3 de FM, los micrófonos se abrieron hace semanas, y desde el miércoles 14 se ha generado un movimiento ciudadano opuesto a la crisis jurídico-política”. “El pueblo descubrió un poder oculto y gigante en los medios”, decía  el hoy ministro de Cultura, Paco Velasco, entonces director de esa estación.

No es difícil constatar estos hechos. En YouTube hay varios videos en donde se recogen desde distintos ángulos la protesta de miles de personas aupadas por la Luna, que derivó en la caída del presidente Gutiérrez un 20 de abril y que motivó abrazos de júbilo y satisfacción en Velasco y otros invitados a esa radio, como Alberto Acosta.

El Diccionario de la Real Academia define al verbo incitar como: “mover o estimular a alguien para que ejecute algo”. ¿Acaso desde la Luna no se incitó a la llamada rebelión de los forajidos?

Si esto no es verdad, que los propios ‘activistas’ que hace casi nueve años salieron a las calles a protestar contra el Régimen de Gutiérrez –en el que colaboraba Fidel Araujo- desmientan estos hechos históricos. Uno de ellos puede ser el fiscal Galo Chiriboga que hoy lidera la entidad que investigó a Araujo por el 30-S. Él fue el hombre fuerte del gobierno de Alfredo Palacio, de esencia forajida, y compañero de gabinete de José Serrano y del entonces ministro de Economía, Rafael Correa.

Si no incitaban a la rebelión, en el 2005, los que ahora nos gobiernan estarían, con toda seguridad, muy lejos del inmenso poder que ahora han logrado amasar…

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