Escándalo en Ecuador: Revelan que Correa sacó dinero del país
No había ocurrido desde enero de 2007, cuando asumió el poder en este país andino de 14 millones de habitantes. Rafael Correa, presidente de Ecuador, enfrenta un escenario inédito: una operación financiera privada de su autoría cuestiona su discurso político radical sobre el movimiento de capitales ecuatorianos hacia el exterior.
Prensa local y voces opositoras a su gobierno den rienda suelta a la noticia y alimento para lo que tiene visos de escándalo: Correa pagó 207 mil euros (un total exacto de 331.083 dólares) por un departamento en Bélgica, de donde es oriunda su esposa, con parte del dinero que obtuvo tras ganar un juicio al Banco Pichincha.
Esa entidad privada, la más grande de Ecuador, pagó 600 mil dólares por daño moral causado a Correa cuando éste era su cliente regular antes de convertirse en presidente y fue colocado erróneamente en la central de riesgo como deudor moroso, lo cual bloqueó por cinco años su derecho como sujeto de crédito en todo el sistema financiero local.
El principal accionista del Banco es el acaudalado financista Fidel Egas. Este banquero fue propietario de la cadena de televisión Teleamazonas, duro opositor mediático del jefe de Estado, pero que vendió sus acciones del canal ante la presión constante del gobierno de Correa.
Al margen de los puyazos políticos, en sentido estricto, esta operación de giro de divisas al exterior fue legal y así lo refrendan las autoridades tributarias y de control estatal. El problema se presenta cuando prensa y críticos del gobierno de Quito cuestionan la idoneidad ética del hecho y le reclaman al presidente por su doble discurso .
Desde su asunción, Correa ha venido constantemente demandando de los empresarios ecuatorianos una conducta patriótica para que no saquen su dinero al exterior y les ha exhortado a que inviertan en bien del país. Son muy conocidas aquí sus críticas a quienes llevan su dinero al exterior, a los que ha calificado reiteradamente de “antipatriotas”.
Pero en este caso, el presidente hizo una cosa cuando había dicho otra. He ahí el reparo moral de la prensa y de la oposición.
La revelación es producto del reclamo efectuado por el legislador Jorge Escala, del opositor Movimiento Popular Democrático (MPD) al Servicio de Rentas Internas para que pusiera bajo dominio público la operación cuestionada. En su denuncia inicial, tanto Escala como otros opositores sostuvieron que el dinero había sido girado a Alemania en agosto último.
Ayer, un día después de que el tema escalara a la prensa, Correa respondió a sus críticos. “El depósito en el Berenberg Bank fue una trasferencia legal. El dinero pagó el 2% de retención a la salida de capitales, según consta en el Servicio de Rentas Internas (SRI)”, dijo en un comunicado de la Presidencia.
Al referirse al tema, el propio Correa sostuvo: “El depósito no se hizo en Alemania, hasta para eso (los periodistas) son ineptos (…) Todo está en orden, todo fue transparente (…) incluso pedí una certificación de la Superintendencia de Bancos para que revise la transacción”.
La dura reacción de Correa contra los medios –en cierto modo previsible– es una nueva muestra de la férrea presión del presidente contra diarios, radios y canales de TV, que han colocado el tema en primera plana y con un protagonismo estelar en los noticiarios. Por eso Correa aconsejó a los periodistas “que investiguen correctamente antes de lanzar especulaciones que dan a entender que saqué capital fuera del país por desconfianza”.
Igualmente, Correa apuntó sus dardos contra miembros de la oposición. “Invito a legisladores como Jorge Escala, del partido de extrema izquierda MPD, que se despoje de la inmunidad y diga que el Presidente se ha enriquecido ilícitamente”, sostuvo el presidente.
No está muy claro cuál será el desenlace político de este nuevo capítulo que tuvo su génesis en un acto personal y que amenaza con convertirse en un karma ético para un mandatario que, desde que asumió el poder, reivindica su gestión como una suma de hechos consistentes, coherentes y transparentes. Por el momento, la oposición ha dicho que continuará investigando el asunto.
Prensa local y voces opositoras a su gobierno den rienda suelta a la noticia y alimento para lo que tiene visos de escándalo: Correa pagó 207 mil euros (un total exacto de 331.083 dólares) por un departamento en Bélgica, de donde es oriunda su esposa, con parte del dinero que obtuvo tras ganar un juicio al Banco Pichincha.
Esa entidad privada, la más grande de Ecuador, pagó 600 mil dólares por daño moral causado a Correa cuando éste era su cliente regular antes de convertirse en presidente y fue colocado erróneamente en la central de riesgo como deudor moroso, lo cual bloqueó por cinco años su derecho como sujeto de crédito en todo el sistema financiero local.
El principal accionista del Banco es el acaudalado financista Fidel Egas. Este banquero fue propietario de la cadena de televisión Teleamazonas, duro opositor mediático del jefe de Estado, pero que vendió sus acciones del canal ante la presión constante del gobierno de Correa.
Al margen de los puyazos políticos, en sentido estricto, esta operación de giro de divisas al exterior fue legal y así lo refrendan las autoridades tributarias y de control estatal. El problema se presenta cuando prensa y críticos del gobierno de Quito cuestionan la idoneidad ética del hecho y le reclaman al presidente por su doble discurso .
Desde su asunción, Correa ha venido constantemente demandando de los empresarios ecuatorianos una conducta patriótica para que no saquen su dinero al exterior y les ha exhortado a que inviertan en bien del país. Son muy conocidas aquí sus críticas a quienes llevan su dinero al exterior, a los que ha calificado reiteradamente de “antipatriotas”.
Pero en este caso, el presidente hizo una cosa cuando había dicho otra. He ahí el reparo moral de la prensa y de la oposición.
La revelación es producto del reclamo efectuado por el legislador Jorge Escala, del opositor Movimiento Popular Democrático (MPD) al Servicio de Rentas Internas para que pusiera bajo dominio público la operación cuestionada. En su denuncia inicial, tanto Escala como otros opositores sostuvieron que el dinero había sido girado a Alemania en agosto último.
Ayer, un día después de que el tema escalara a la prensa, Correa respondió a sus críticos. “El depósito en el Berenberg Bank fue una trasferencia legal. El dinero pagó el 2% de retención a la salida de capitales, según consta en el Servicio de Rentas Internas (SRI)”, dijo en un comunicado de la Presidencia.
Al referirse al tema, el propio Correa sostuvo: “El depósito no se hizo en Alemania, hasta para eso (los periodistas) son ineptos (…) Todo está en orden, todo fue transparente (…) incluso pedí una certificación de la Superintendencia de Bancos para que revise la transacción”.
La dura reacción de Correa contra los medios –en cierto modo previsible– es una nueva muestra de la férrea presión del presidente contra diarios, radios y canales de TV, que han colocado el tema en primera plana y con un protagonismo estelar en los noticiarios. Por eso Correa aconsejó a los periodistas “que investiguen correctamente antes de lanzar especulaciones que dan a entender que saqué capital fuera del país por desconfianza”.
Igualmente, Correa apuntó sus dardos contra miembros de la oposición. “Invito a legisladores como Jorge Escala, del partido de extrema izquierda MPD, que se despoje de la inmunidad y diga que el Presidente se ha enriquecido ilícitamente”, sostuvo el presidente.
No está muy claro cuál será el desenlace político de este nuevo capítulo que tuvo su génesis en un acto personal y que amenaza con convertirse en un karma ético para un mandatario que, desde que asumió el poder, reivindica su gestión como una suma de hechos consistentes, coherentes y transparentes. Por el momento, la oposición ha dicho que continuará investigando el asunto.
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Tags: Quito