Diego Borja tardó 4 años en notar los vicios del régimen
Diego Borja Cornejo. Director del movimiento Poder Ciudadano y ex funcionario del Gobierno
A Diego Borja le tomó más de 4 años caer en cuenta que el Gobierno recurre a prácticas políticas similares a las de la “partidocracia”.
Solo cuando el canciller Ricardo Patiño y Alianza País lo responsabilizaron por sus firmas falsas, dio un paso al costado para desempolvar sus críticas al Régimen. En la práctica, sus cuestionamientos de esta semana son iguales a los del 2011, cuando se quedó dentro del Régimen. Sin embargo, la diferencia es que esta vez el Ejecutivo pidió su salida, aunque Borja dice que él dimitió.
El caso de las firmas irregulares fue el último episodio de su relación con el oficialismo, que lo había relegado de planos estelares.
En principio, la alianza con el Gobierno lucía fuerte. A finales de 2008, Rafael Correa lo había nombrado Ministro de la Política Económica, luego de que en la Constituyente de Montecristi del 2008 fuese uno de sus aliados.
Por esa razón, Poder Ciudadano -el movimiento que lidera Borja- se unió a Alianza País.
Para abril del 2010, la luna de miel con la revolución ciudadana empezó a perder su magia. Correa lo sacó del Ministerio y le encargó la Presidencia del Directorio del banco Central, un cargo de menor protagonismo.
En ese puesto Borja estuvo 19 meses, tiempo en que Poder Ciudadano trabajó junto al movimiento de Gobierno. Incluso participó en la recolección de firmas para la inscripción de Alianza País, en el 2011, al entregar un lote de casi 300 000 rúbricas.
Pese a ello, su estadía en el Régimen se debilitaba. Prueba de ello fue que en noviembre del 2011, el Presidente entregó a su primo, Pedro Delgado, el timón del Banco Central. Y Borja debió pasar a la Comisión Técnica de Nueva Arquitectura financiera Regional.
A partir de ese capítulo quedó al descubierto su alejamiento con Carondelet, aunque no se animó a romper por completo con Correa. En esencia, dijo que la revolución ciudadana se “burocratizó” y mencionó sus discrepancias con el primo del Presidente.
Incluso dijo que el oficialismo se había alejado de las bases, al cuestionar su alejamiento de las organizaciones sociales. “Hay un distanciamiento con un movimiento indígena al cual la revolución debería regresar a ver”.
A renglón seguido divulgó una carta abierta al presidente Correa, en que detalló sus observaciones al Ejecutivo.
Pese a esas expresiones que dejaban entrever su malestar por el rumbo político de Carondelet, Borja se resistió a romper su alianza política con el Gobierno.
El único cambio visible fue el distanciamiento de su movimiento Poder Ciudadano de Alianza País. De ahí que decidiera emprender una recolección de adhesiones, para que pueda participar con autonomía en los comicios de febrero del 2012.
De este modo, en junio pasado entregó un total de 403 000 adhesiones para que Poder Ciudadano fuera habilitado. En ese acto y pese a sus diferencias con el oficialismo, descartó que se hubiera separado de Correa y anticipó que apoyaría la línea política original de la revolución.
Sin embargo, esas palabras se evaporaron esta semana para dar paso a reniegos frente al Presidente y su círculo de colaboradores.
Lo hizo después de que el canciller Ricardo Patiño señalara a Poder Ciudadano como responsable de las firmas irregulares de Alianza País, por el lote de adhesiones que entregó en el 2011.
Así anunció su salida del Gobierno, aunque el canciller Patiño, a través de twitter, asegurara que fue el Régimen el que resolvió separarlo, por el supuesto tratamiento que había dado a la recolección de adhesiones.
Ese fue el detonante para que Borja repitiese su mismo discurso ácido de finales del 2011 frente a la administración de Alianza País. Es decir, que la revolución ciudadana había perdido su rumbo y que en el Gobierno existe un grupo de funcionarios que representan a los intereses de derecha económica. Y que esta vez sí rompería con Correa, aunque su anuncio ya tenía de por medio la carta de despido de la Cancillería.
Lo que dijo
“Una persona no puede ver cuando le van a apuñalar por la espalda. Cumplía funciones en representación del Ecuador, mientras tanto, a mis espaldas, se forjaba de forma desleal este golpe”.
Lo que hizo
Renunció a su cargo en el Gobierno y acusó a Ricardo Patiño y Fander Falconí de querer responsabilizar a su movimiento de las firmas irregulares detectadas en el registro de Alianza País.
Su trayectoria
Economista de profesión. Colaboró en la administración de Alfredo Palacio. Fue constituyente que apoyó varias de las tesis oficialistas. Fue Ministro de la Política Económica y titular del Banco Central.
http://www.elcomercio.com/politica/tardo-anos-notar-vicios-Regimen_0_769723208.html
A Diego Borja le tomó más de 4 años caer en cuenta que el Gobierno recurre a prácticas políticas similares a las de la “partidocracia”.
Solo cuando el canciller Ricardo Patiño y Alianza País lo responsabilizaron por sus firmas falsas, dio un paso al costado para desempolvar sus críticas al Régimen. En la práctica, sus cuestionamientos de esta semana son iguales a los del 2011, cuando se quedó dentro del Régimen. Sin embargo, la diferencia es que esta vez el Ejecutivo pidió su salida, aunque Borja dice que él dimitió.
El caso de las firmas irregulares fue el último episodio de su relación con el oficialismo, que lo había relegado de planos estelares.
En principio, la alianza con el Gobierno lucía fuerte. A finales de 2008, Rafael Correa lo había nombrado Ministro de la Política Económica, luego de que en la Constituyente de Montecristi del 2008 fuese uno de sus aliados.
Por esa razón, Poder Ciudadano -el movimiento que lidera Borja- se unió a Alianza País.
Para abril del 2010, la luna de miel con la revolución ciudadana empezó a perder su magia. Correa lo sacó del Ministerio y le encargó la Presidencia del Directorio del banco Central, un cargo de menor protagonismo.
En ese puesto Borja estuvo 19 meses, tiempo en que Poder Ciudadano trabajó junto al movimiento de Gobierno. Incluso participó en la recolección de firmas para la inscripción de Alianza País, en el 2011, al entregar un lote de casi 300 000 rúbricas.
Pese a ello, su estadía en el Régimen se debilitaba. Prueba de ello fue que en noviembre del 2011, el Presidente entregó a su primo, Pedro Delgado, el timón del Banco Central. Y Borja debió pasar a la Comisión Técnica de Nueva Arquitectura financiera Regional.
A partir de ese capítulo quedó al descubierto su alejamiento con Carondelet, aunque no se animó a romper por completo con Correa. En esencia, dijo que la revolución ciudadana se “burocratizó” y mencionó sus discrepancias con el primo del Presidente.
Incluso dijo que el oficialismo se había alejado de las bases, al cuestionar su alejamiento de las organizaciones sociales. “Hay un distanciamiento con un movimiento indígena al cual la revolución debería regresar a ver”.
A renglón seguido divulgó una carta abierta al presidente Correa, en que detalló sus observaciones al Ejecutivo.
Pese a esas expresiones que dejaban entrever su malestar por el rumbo político de Carondelet, Borja se resistió a romper su alianza política con el Gobierno.
El único cambio visible fue el distanciamiento de su movimiento Poder Ciudadano de Alianza País. De ahí que decidiera emprender una recolección de adhesiones, para que pueda participar con autonomía en los comicios de febrero del 2012.
De este modo, en junio pasado entregó un total de 403 000 adhesiones para que Poder Ciudadano fuera habilitado. En ese acto y pese a sus diferencias con el oficialismo, descartó que se hubiera separado de Correa y anticipó que apoyaría la línea política original de la revolución.
Sin embargo, esas palabras se evaporaron esta semana para dar paso a reniegos frente al Presidente y su círculo de colaboradores.
Lo hizo después de que el canciller Ricardo Patiño señalara a Poder Ciudadano como responsable de las firmas irregulares de Alianza País, por el lote de adhesiones que entregó en el 2011.
Así anunció su salida del Gobierno, aunque el canciller Patiño, a través de twitter, asegurara que fue el Régimen el que resolvió separarlo, por el supuesto tratamiento que había dado a la recolección de adhesiones.
Ese fue el detonante para que Borja repitiese su mismo discurso ácido de finales del 2011 frente a la administración de Alianza País. Es decir, que la revolución ciudadana había perdido su rumbo y que en el Gobierno existe un grupo de funcionarios que representan a los intereses de derecha económica. Y que esta vez sí rompería con Correa, aunque su anuncio ya tenía de por medio la carta de despido de la Cancillería.
Lo que dijo
“Una persona no puede ver cuando le van a apuñalar por la espalda. Cumplía funciones en representación del Ecuador, mientras tanto, a mis espaldas, se forjaba de forma desleal este golpe”.
Lo que hizo
Renunció a su cargo en el Gobierno y acusó a Ricardo Patiño y Fander Falconí de querer responsabilizar a su movimiento de las firmas irregulares detectadas en el registro de Alianza País.
Su trayectoria
Economista de profesión. Colaboró en la administración de Alfredo Palacio. Fue constituyente que apoyó varias de las tesis oficialistas. Fue Ministro de la Política Económica y titular del Banco Central.
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