Crisis interna lleva al primer remezón en el periódico PP

Faltaban dos días para que PP, el periódico popular, comience a circular. Era el 4 de septiembre del 2010 y, durante su enlace sabatino, el presidente Rafael Correa, haciendo alusión al eslogan del nuevo diario público, expresó: “El verdadero, compañeros, es por fin un diario que diga la verdad junto al diario El Telégrafo”.

También aseguró: “PP revolucionará a la prensa escrita del país”; sin embargo, habían pasado apenas 50 días desde que ese diario había comenzado a circular a un costo de $ 0,40 cuando al interior de El Telégrafo C.A. (del cual antes se anunció que tendría independencia administrativa y editorial) comenzó una “revolución interna”, una serie de despedidos, ante la cual los directivos y el Estado han preferido mantener silencio.

La principal y primera salida fue la del ex gerente general Eduardo Intriago, contratado el año pasado por El Telégrafo; y luego responsable de montar toda la estructura del nuevo diario. Un comunicado de prensa publicado el pasado 16 de octubre, en el medio conocido como Decano de la Prensa Nacional, convocaba a una junta general de accionistas para resolver: 1. Remoción del gerente general; 2. Nombramiento del nuevo gerente...; 3. Conocer y resolver el aumento de capital de la Compañía y su forma de pago.

Hasta el momento de la despedida del ex gerente, sus colaboradores desconocían que iban a ser separados de sus funciones. Él solo dijo que se iría a trabajar en otra empresa. Pero en sus palabras ¬dicen¬ había un mensaje de “alerta” o “cuidado”, sobre todo para quienes integraban el equipo que él había conformado para emprender el proyecto PP, el 25% de los cuales (30, es lo que se conoció extraoficialmente, la mayoría son de circulación y de ventas) fue despedido tras su salida. No se tiene una cifra exacta, porque ningún directivo de la empresa ha proporcionado la información, pero al interior hay temores de que los despidos continúen. Este Diario solicitó una entrevista al Ministerio de Telecomunicaciones, su principal accionista, pero oficialmente se respondió que por ahora no se iban a pronunciar.

Lo único que se conoce, a través de empleados, es que los directivos han dicho que “PP no ha despertado la expectativa que se esperaba y que han invertido demasiado, e incluso que se alocaron contratando demasiado personal”, contó un colaborador que prefirió la reserva de su nombre, y que pasó de El Telégrafo a prestar sus servicios exclusivamente a la elaboración del periódico popular, donde hasta antes de los despidos laboraban más de 120 personas.

“Nos sacaron a la calle el viernes 29 de octubre, con las manos vacías, ni siquiera nos pagaron el fin de mes, peor la liquidación; dijeron que supuestamente nos iban a llamar de aquí a mañana... Imagínese, cinco días de feriado sin un dólar en el bolsillo”, criticó otro empleado despedido.

Desde el día de su lanzamiento, en PP ha predominado la publicidad de entidades estatales, algunas de las cuales están entre deudores de El Telégrafo. Una auditoría de julio pasado revela que, entre otros entes, el Instituto de Patrimonio Cultural, la Presidencia de la República, la Corporación de Electricidad y los ministerios de Industrias y Productividad, y Transporte y Obras Públicas estaban entre los morosos de 223.051 dólares.

“No obtuvimos respuestas a nuestras solicitudes de confirmación de saldos por cobrar enviada...”, se plasmó en el documento que firmó Intriago, y se publica en el link de transparencia y acceso a la información del sitio de internet de El Telégrafo (www.eltelegrafo.com.ec).

Notas de resumen de los estados financieros de la empresa El Telégrafo, fechadas al 31 de diciembre pasado, revelan que “la operación del Diario es deficitaria, registrando pérdidas acumuladas a dicha fecha por $ 9’926.524, de las cuales $ 5’116.397 correspondían a las pérdidas del 2009, la otra parte a años anteriores”, indica el informe, que también firmó el ex gerente.

Entre el 6 de septiembre y el 3 de noviembre pasado, de 63 anunciantes que ha tenido desde su lanzamiento PP, 28 son entidades públicas o medios incautados; y las otras 35 son privadas. La mayoría son las empresas auspiciantes que financian el concurso de las raspaditas, con las que el diario fue lanzado al mercado, y a través de las cuales cada día obsequian electrodomésticos, dinero en efectivo, mensajes de celular y órdenes de compra, además de un carro cada mes y una vivienda en diciembre próximo.

El nerviosismo de los empleados y la presión de José Orús, considerado “la mano derecha” del Gobierno en el diario, a todo el equipo de trabajo crecieron hace más de tres semanas, cuando comenzó una serie de reuniones consecutivas. Las llamaban “de salvación”, en ellas fue que se planificó la reducción de personal, además de la remoción de Intriago, quien según versiones de personas cercanas al directorio de El Telégrafo, salió “porque no se había ajustado a las políticas de la empresa”.

Empleados creen que la crisis interna en PP comenzó no solo por el bajo pautaje de publicidad. En promedio, cada día ese medio publica 3,19 avisos, lo que en espacio es 1,20 páginas, menos de $ 5 mil, según los costos de su Guía Comercial 2010.

A eso se suma la poca venta de ejemplares. El tiraje diario alcanzaba los 40 mil ejemplares, que son impresos en Granasa (editora de Expreso y Extra), pero hoy las ventas en todo el país, según versiones extraoficiales, bordean la mitad de eso. Guayaquil, por ejemplo, es uno de los peores mercados, según versiones de vendedores y distribuidores. Cada día se venden unos 7 mil de los 14 mil diarios que dejan, dice un empleado.

En las calles y puestos de venta de periódicos, la acogida del diario oficial es baja. En un recorrido de este Diario, los canillitas contaron que PP tiene poca salida y que las ventas de El Telégrafo son insignificantes.

“Al comienzo esto fue solo la novelería”, dice Soraya Benavides, al referir que en su puesto, de 9 de Octubre y Córdova, vendía 20 ejemplares; hoy, solo 2 o 3; mientras, Ignacia Suárez sostiene: “El Telégrafo es caso perdido, vendo uno o dos al día”.

Entre los mayores anunciantes del Periódico Popular están entidades públicas. Gamatv, con 48 avisos, lidera la lista de 175 anuncios publicados; las empresas privadas han anunciado en 82 ocasiones. Empleados cuentan que el cuarto piso del edificio de El Telégrafo se ha convertido en bodega de artículos que auspiciantes han entregado para que se premie a los lectores.
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