Hospital León Becerra, al borde de la parálisis total

El hospital León Becerra, creado hace 104 años, creció junto al desarrollo del sur de la ciudad, enfrenta hoy una dura crisis económica que ha puesto en riesgo el servicio que presta a la niñez, siendo necesario un mayor aporte del Estado y de la empresa privada para superar esta situación.

Este centenario centro de salud inició labores en 1906, como un dispensario médico para atender gratuitamente a los niños pobres del sector sur. Gracias al impulso del doctor León Becerra Camacho, uno de los médicos que atendía dicho dispensario, se convirtió en un hospital pediátrico.

En aquella época trabajaba con donaciones y aportes económicos de los doctores León Becerra, César Borja Lavayen, José María Estrada Coello y Alberto Reina. Así como el legado que hizo Inés Chambers Vivero, quien en su testamento en 1925, dejó a la Sociedad Protectora de la Infancia los terrenos del Barrio Cuba y de la Hacienda La Chala.

Con la venta de estas propiedades se sustentó por mucho tiempo la obra social de la institución, que además sostiene el Hogar de Huérfanos Inés Chambers, la Guardería Emilio Estrada Icaza y la escuela mixta San José.

El hospital atiende anualmente un promedio de 140.000 personas, entre niños y adultos, y cuenta con servicios de fisiatría, traumatología y odontología, entre otros.

También cuenta con una sala de cirugía, cinco quirófanos debidamente equipados para toda clase de operaciones, una sala de terapia intensiva con modernos equipos donados por el INFA y cuatro salas para pediatría.

Según Víctor Maridueña y Ricardo Koenig, presidente y primer vicepresidente de la Benemérita Sociedad Protectora de la Infancia, en su orden, el presupuesto del hospital para funcionar debidamente es de 4’200.000 dólares.

De estos, el Gobierno aporta una asignación de 960.000 dólares que, sumados a lo obtenido por autogestión, enfrenta un déficit aproximado de 1’200.000 dólares.

Tanto Maridueña como Koenig manifestaron que trabajan incansablemente para cubrir ese déficit, pero mientras hacen las gestiones, adoptan medidas adecuadas para que la atención no se interrumpa.

Sobre el particular, hay que aclarar: la compensación que reciben los hospitales públicos del Estado no comprende al León Becerra de la ciudad porque depende de la Sociedad Protectora de la Infancia.

Esta es una entidad particular, lo que la obliga a seguir cobrando los costos establecidos: son parte de su financiamiento. Esta casa de salud, pues, no puede poner en práctica la gratuidad.

Otro problema que enfrenta es que el convenio que ha suscrito el IESS con las principales clínicas de la ciudad para la atención de los afiliados que no pueden ser atendidos, ha hecho que muchos clientes de clase empleada, que antes acudían al León Becerra, ya no lo hagan.

Otra situación que contribuyó a desequilibrar el buen funcionamiento de la institución, fue el Mandato Constituyente N° 8. Este mandato eliminó la tercerización de empleados y obligó a que todos los trabajadores del país que se encontraban en esa situación, fueran incorporados como asalariados de donde prestaban sus servicios. Esto hizo que se aumentara considerablemente el personal en el hospital.

A criterio de los directivos de la Sociedad Protectora de la Infancia, para solucionar la crisis deberían tomarse medidas como que el Estado aumente la asignación, que actualmente es de 80.000 a 180.000 dólares mensuales.

La intención de incorporar al hospital León Becerra al Plan Nacional de Salud, como solución a su problema, no es factible legalmente porque los Estatutos de la Sociedad Protectora de la Infancia no lo permiten.

Según los directivos de la mencionada institución, para el gobierno es más conveniente fortalecer la infraestructura de un hospital en actividad y de prestigio, antes que construir uno nuevo que resultaría más costoso y demorado.

Esto además contribuiría a disminuir el déficit hospitalario que enfrenta hoy la ciudad de Guayaquil, servicio que no da abasto debido al crecimiento desmedido de pacientes.

También debería agilizarse el trámite del convenio del León Becerra con el IESS para que sus afiliados sean atendidos en los pensionados del primero, los que están siendo ocupados parcialmente.

Para finalizar, es necesario que se fortalezca el equipamiento y la infraestructura del centenario hospital, como una medida para aumentar sus servicios a la comunidad y el aporte de la empresa privada, así como al Estado.



Abogado César Santana Bedoya
Comparte esta noticia en tu:
   

Este artículo se ha leído: 4576 veces.




Tags: Guayaquil iess guayaquil