El programa de vivienda del Gobierno colapsa por las lluvias
El problema empezó hace una semana en Guayaquil
Las lluvias de hace 10 días provocó que varias casas se inunden. Algunos moradores quieren irse del programa
En el plan habitacional Socio Vivienda, que ejecuta el Gobierno en el sector Lomas de la Florida, al noroeste de Guayaquil, sus moradores han empezado a pintar las paredes de las casas con una leyenda: "Se vende por inundaciones". La razón: nadie quiere perder sus electrodomésticos y enseres, después de que en la última semana las lluvias han ocasionado las inundaciones en el plan habitacional.
El agua penetró las viviendas y en muchas de ellas hay aún la marca de la altura a la que llegó. Fue más arriba de los tomacorrientes. "El agua llegó a más de un metro. Sobre las paredes se notaba la marca de agua con lodo que dejó el aguacero la noche del sábado anterior. La alcantarilla colapsó y los utensilios flotaban, hasta mi perro casi se ahoga", dice Carmen García, moradora.
Esta mala experiencia ha hecho que sus residentes quieran deshacerse de sus casas poniéndolas en venta. "No nos queda otra alternativa, esto no es vivir con dignidad", declaró Elizabeth Ganchoso.
Según dijo, dos de sus vecinas se fueron y abandonaron sus viviendas, porque no resistieron más daños. "En mi caso -comentó- he dejado a mis hijos en casa de mi madre".
En el plan es visible observar, afuera de las casas, los muebles, colchones, bases de camas y aparadores secándose al sol.
Los moradores de esa zona están preocupados porque escuchan que las lluvias continuarán y temen seguir perdiendo sus enseres domésticos.
"Esto es todos los años", dijo Ganchozo. Ella, junto con su esposo y sus tres hijos, adquirieron su casa a finales de abril de 2010. La paga en cómodas cuotas, pero se queja de que los constructores no solucionaron varios problemas, como la construcción de un ducto cajón que contenga el lodo que viene del cerro aledaño.
La tarde del sábado, doña Ángela Bajaña se preparaba a celebrar la graduación de su hija Sussy, pero no fue posible. El agua les dañó parte de los electrodomésticos y, por supuesto, la celebración, lo que Sussy lamentaba hasta ayer. Ella vive en la villa 14 de la fila F.
Una de las más afectadas fue la casa de la familia Vera Calderón; ellos no solo duermen en el piso hasta ahora, sino que las úlceras varicosas que María Calderón presenta en el pie se infectaron por la cantidad de agua sucia que entró en el hogar.
El agua se filtró por las paredes y hasta por los inodoros. El mal olor no ha desaparecido y los moradores comentaron que pagaron $60 para colocar unos impermeables para que el agua no se filtrara, pero no sirvieron.
En la casa de Shirley Guzmán, de 28 años y madre de tres menores, el gas y varios electrodomésticos flotaban. Los niños siguen hasta ahora en un colchón prestado y pasan el tiempo desechando la ropa que no les sirve más. Los tres están enfermos. Tienen gripe y tos.
El agua, en otros sitios de la zona, según sus moradores, llegaba hasta los hombros. En la casa de Luisa Angulo, mientras se preocupaban por salvar los electrodomésticos, su hija de meses de edad, casi se ahoga con varios trapos.
Hay quienes han colocado unas tablas en las vigas de sus casas, donde pusieron varias de sus pertenencias, para que en un próximo aguacero torrencial no vuelvan a ser afectadas.
Hasta el momento, como ayuda, los moradores recibieron sacos de comida, pero ellos también necesitan, y han pedido, colchones para descansar.
Las autoridades del Gobierno llegaron al lugar para inspeccionar y evaluar los daños. (JP)
Las lluvias de hace 10 días provocó que varias casas se inunden. Algunos moradores quieren irse del programa
En el plan habitacional Socio Vivienda, que ejecuta el Gobierno en el sector Lomas de la Florida, al noroeste de Guayaquil, sus moradores han empezado a pintar las paredes de las casas con una leyenda: "Se vende por inundaciones". La razón: nadie quiere perder sus electrodomésticos y enseres, después de que en la última semana las lluvias han ocasionado las inundaciones en el plan habitacional.
El agua penetró las viviendas y en muchas de ellas hay aún la marca de la altura a la que llegó. Fue más arriba de los tomacorrientes. "El agua llegó a más de un metro. Sobre las paredes se notaba la marca de agua con lodo que dejó el aguacero la noche del sábado anterior. La alcantarilla colapsó y los utensilios flotaban, hasta mi perro casi se ahoga", dice Carmen García, moradora.
Esta mala experiencia ha hecho que sus residentes quieran deshacerse de sus casas poniéndolas en venta. "No nos queda otra alternativa, esto no es vivir con dignidad", declaró Elizabeth Ganchoso.
Según dijo, dos de sus vecinas se fueron y abandonaron sus viviendas, porque no resistieron más daños. "En mi caso -comentó- he dejado a mis hijos en casa de mi madre".
En el plan es visible observar, afuera de las casas, los muebles, colchones, bases de camas y aparadores secándose al sol.
Los moradores de esa zona están preocupados porque escuchan que las lluvias continuarán y temen seguir perdiendo sus enseres domésticos.
"Esto es todos los años", dijo Ganchozo. Ella, junto con su esposo y sus tres hijos, adquirieron su casa a finales de abril de 2010. La paga en cómodas cuotas, pero se queja de que los constructores no solucionaron varios problemas, como la construcción de un ducto cajón que contenga el lodo que viene del cerro aledaño.
La tarde del sábado, doña Ángela Bajaña se preparaba a celebrar la graduación de su hija Sussy, pero no fue posible. El agua les dañó parte de los electrodomésticos y, por supuesto, la celebración, lo que Sussy lamentaba hasta ayer. Ella vive en la villa 14 de la fila F.
Una de las más afectadas fue la casa de la familia Vera Calderón; ellos no solo duermen en el piso hasta ahora, sino que las úlceras varicosas que María Calderón presenta en el pie se infectaron por la cantidad de agua sucia que entró en el hogar.
El agua se filtró por las paredes y hasta por los inodoros. El mal olor no ha desaparecido y los moradores comentaron que pagaron $60 para colocar unos impermeables para que el agua no se filtrara, pero no sirvieron.
En la casa de Shirley Guzmán, de 28 años y madre de tres menores, el gas y varios electrodomésticos flotaban. Los niños siguen hasta ahora en un colchón prestado y pasan el tiempo desechando la ropa que no les sirve más. Los tres están enfermos. Tienen gripe y tos.
El agua, en otros sitios de la zona, según sus moradores, llegaba hasta los hombros. En la casa de Luisa Angulo, mientras se preocupaban por salvar los electrodomésticos, su hija de meses de edad, casi se ahoga con varios trapos.
Hay quienes han colocado unas tablas en las vigas de sus casas, donde pusieron varias de sus pertenencias, para que en un próximo aguacero torrencial no vuelvan a ser afectadas.
Hasta el momento, como ayuda, los moradores recibieron sacos de comida, pero ellos también necesitan, y han pedido, colchones para descansar.
Las autoridades del Gobierno llegaron al lugar para inspeccionar y evaluar los daños. (JP)
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