El alto mando desconoce el plan de recorte de militares

Sorpresa. El anuncio sobre un achique en el tamaño de las Fuerzas Armadas plasmado en un recorte de estructuras tanto de personal como de unidades militares, que el presidente Correa hizo durante la ceremonia de cambio de jefes militares, el pasado 30 de abril, causó desconcierto en las líneas de mando.

Dentro del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas (Comaco), lo que se conoce sobre ese proyecto es apenas lo que reveló el mandatario ese día en Parcayacu. Así lo reveló a EXPRESO la Dirección de Comunicación de ese organismo, cuando se solicitó mayor información al respecto.

Una situación similar ocurrió en diciembre del año pasado, tras el anuncio de Correa de un proyecto de seguridad que incluiría posibles traspasos de militares hacia otras instituciones. En aquella ocasión, el alto mando militar, a través de un vídeo, hizo pública su preocupación por un plan que no había sido presentado ni socializado.

El recorte en las Fuerzas Armadas proyecta, al 2025, reducir de 42.000 a 34.500 el número de efectivos (oficiales y tropa); un reajuste de las cerca de 430 unidades militares; y un nuevo sistema de reservas que implica acuartelar 10.000 conscriptos por año, y ya no 16.000.

"La racionalización en el tamaño de nuestras Fuerzas Armadas se realizará de manera técnica y no retroactiva", aseguró Correa en la cadena sabatina del pasado 3 de mayo, quien dijo además augura que a través de un proceso de modernización se conseguirá su tecnificación y el bienestar de las familias de los militares.

Hasta 2017, las FF.AA. proyectaban tener un número consolidado de 44.634 efectivos (6.048 oficiales y 38.586 de tropa), según un documento al que tuvo acceso este Diario.

En caso de una disminución de los efectivos de las tres armas, el Ejército sería el más afectado. En 2012, esa fuerza disponía de 4.162 hombres (oficiales y tropa), en esa fuerza, que representaba el 61,4 % de los 39.364 uniformados de las FF. AA. Estas son cifras del último informe de gestión del Comaco disponible en la web.

El achique del tamaño de la institución armada supondría también un recorte del gasto militar, de acuerdo con la consideración de expertos consultados por EXPRESO.

En los últimos cuatro años el presupuesto de Defensa se ha reducido. De $ 1.979"513.940,62 en el año 2010 (7,90 % en relación al Presupuesto General del Estado), pasó a 1.898"202.968,08 (5,53 %), que es el monto asignado para 2014.

El Gobierno quiere encaminar las acciones estratégicas del proyecto de reestructuración hacia una modernización de las fuerzas militares en un marco de nuevos retos frente al futuro.

Paco Moncayo, exjefe del Comando Conjunto de las FF.AA. y exasambleísta, dice a EXPRESO que estos son grandes temas institucionales que el presidente Correa debió poner al debate nacional.

Señala que para emprender un plan de reducción de efectivos militares es prioritario conocer primero cuáles son los escenarios de seguridad prospectivos, las amenazas y las misiones de las Fuerzas Armadas proyectadas para los próximos años.

"El presidente simplemente se refiere a los cómo, que es la última parte de la planificación, pero no a los entornos estratégicos en los que se van a desenvolver las Fuerzas Armadas modernas y de futuro", dice.

La reducción de efectivos es una medida razonable, puesto que en el mundo nos encontramos en otras condiciones de defensa en la región latinoamericana, opina de su lado la experta Bertha García, catedrática universitaria que dirige el programa académico "Democracia, Seguridad y Defensa".

Según ella, el mecanismo anunciado por Correa para ese achique es similar al que han utilizado otros países.

"Para que no haya afectaciones a las Fuerzas Armadas y a los recursos de defensa del país, el proceso de reducción tiene que realizarse bajo una planificación bien concebida en términos objetivos y subjetivos. Lo último, porque se trabaja con personas que tienen derechos y hace falta explicar cada medida. Lo grave sería aplicar un proceso desde arriba, sin la participación de los integrantes", advierte.

Acerca de un reajuste de las unidades militares, Moncayo cree que un redespliegue puede ser necesario basado en los nuevos medios tecnológicos disponibles, y porque ahora se pueden cumplir las misiones en un ambiente de control de ciberespacio.

Pero recuerda que el despliegue amplio de las FF.AA., en el suelo patrio ha sido una de las razones para que el Estado tenga presencia en toda la geografía ecuatoriana. "Por eso nunca hemos perdido el control del territorio, como sí pasó en Colombia y Perú", destaca.

García considera que en las épocas actuales, para la defensa, que es básicamente de fronteras, el emplazamiento es distinto y depende de las visiones militares estratégicas y tácticas, así como de las amenazas que se enfrente.

"Puede ser que el tener un fuerte militar en las propias fronteras no sea conveniente en el caso de que las amenazas, por ejemplo, provinieren de bandas de actores armados no estatales. Esto pondría a mucha gente, los soldados, en condiciones vulnerables frente a enemigos móviles. Entonces, el emplazamiento de efectivos y unidades también es un asunto sujeto a muchas precauciones", alerta.

Sobre los cambios anunciados por el presidente Correa, EXPRESO consultó al Comaco, pero no hubo respuesta hasta el cierre de este artículo. Sin embargo, el coronel Arturo Velasco, director de Comunicación dijo que ese plan no ha sido socializado, y que no disponen de ningún documento oficial sobre el tema.

Mario Avilés Sánchez
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