3 carteles de México están en el Ecuador

Bruce Bagley

Su experiencia. Es director del Departamento de Estudios Internacionales de la Universidad de Miami. Es director del Centro de Estudios de América latina también en ese centro universitario. Fue docente de Johns Hopkins University en la Escuela Superior de Estudios Internacional de Washington.

Su punto de vista. Dice que la falsificación de documentos es factible y que Ecuador es un lugar fácil para el narcotráfico.

Usted dice que son difíciles los retos de la Región ante el crimen organizado. ¿Cómo enfrentar esta problemática?

Existen tres elementos que enfatizar en este punto. Primero: lo que pasa en Colombia es una transformación de la criminalidad. Los paramilitares se desmovilizaron al menos en parte, pero han resurgido a través de la formación de bandas criminales. Estas ya no se pelean con las FARC, sino que negocian con ellas.

¿A qué se refiere?

A que tienen cargamentos (de droga) conjuntos. Estos salen desde Buenaventura, Tumaco (las dos zonas en Colombia) y Esmeraldas (Ecuador). No se pelean por el control territorial, sino que dejan sobrevivir a los demás con tal que los demás les dejen vivir.

¿Cuáles son los otros dos elementos para entender la conflictividad del delito?

El segundo punto se refiere a que el gobierno de (Colombia) Álvaro Uribe empujó a los narcotraficantes. En ese contexto vimos que la frontera (con Ecuador) se volvió un punto vulnerable. Colombia no tiene presencia en su frontera sur suficiente y Ecuador ha sido renuente hasta los últimos años de fortalecer su presencia y así todavía es demasiado limitado. Entonces, estos grupos delictivos han podido pasarse a este país. Y como tercer elemento importante es que con el ataque a Angostura (2008) se rompieron las relaciones diplomáticas entre Colombia y Ecuador. El costo más grande fue en la seguridad.

¿Se abandonó ese tema?

No se coordinaba con los colombianos y sin la participación de ellos, la frontera de Ecuador es muy vulnerable frente a los grupos que traspasan. Esta combinación de tres elementos ha hecho vulnerable a este país especialmente al tránsito de la droga.

¿Cuáles son las rutas que usan los grupos delictivos?

Ellos usan la costa pacífica colombiana hacia Esmeraldas y de allí a EE.UU. Entonces, la suspensión de las relaciones entre Quito y Bogotá llegó a rematar cualquier posibilidad de cooperación para controlar ese flujo. Es más, con la presión en México y Centroamérica, los grupos de narcotráfico están regresando a Colombia. Están buscando salidas desde ese país, porque sigue produciendo el 50% de la cocaína refinada del mundo. Ustedes están viviendo un segundo episodio del auge del narcotráfico y no están en condiciones económicas, sociales y estatales de controlar ese flujo.

¿Qué quiere decir cuando habla de auge?

Es decir, cuando en Colombia se golpeó a los carteles estos se fragmentaron y buscaron nuevas alianzas estratégicas y se relacionaron con los grupos mexicanos. Por eso, en los últimos 10 años México se ha vuelto el epicentro del crimen organizado y del tránsito del narcotráfico. Pero con los ‘gringos’ empujando y la militarización en los últimos cuatro años, los grupos narcos están obligados a buscar nuevos territorios, que incluso sean más seguros.

¿Allí entra Ecuador?

Primero Guatemala, Honduras y parte de Centroamérica. Pero están llegando a Ecuador. Este país no está preparado, la frontera es porosa, la Costa sirve para el descargue de cargamentos que salen desde Colombia.

¿Qué indicios existen?

Hay claros indicios de presencia de carteles mexicanos en Ecuador. Sinaloa está presente. El cartel de Tijuana o los Arellano Félix están aquí. Y hay un nuevo cartel que es del Pacífico Sur que también está aprovechando la desprotección de las costas ecuatorianas para sacar la cocaína.

¿Cómo están presentes? La Policía dice que ellos no están afincados en Ecuador.

Sí hay presencia física y los han detenido. Ellos no controlan el cultivo (de coca) en Colombia, no controlan el traslado, ellos son intermediarios. Muchas veces figuran como negociantes o inversionistas extranjeros. Hasta tienen fincas, tienen inversiones en muchas áreas y utilizan esas entradas. Son intermediarios y son ellos los que están facilitando la exportación de cocaína refinada en Colombia hacia México.

¿Cómo prueba eso?

Tengo evidencia e informes de gobiernos de EE.UU., Ecuador, como las NN.UU. (hablan) de la presencia no solo de grupos colombianos, sino también de mafias rusas y ucranianas.

¿Es por esto que en mayo pasado, Jay Bergman, director de la Agencia Antidrogas estadounidense (DEA) para la Región Andina de Sudamérica, dijo que Ecuador se convirtió en las Naciones Unidas del crimen organizado?

Así es, porque están presentes muchos grupos y la presión es menor en Ecuador por falta de recursos, de instituciones capaces de forzar. Por eso que ustedes han visto un aumento en la violencia, en las pandillas, en homicidios.

¿Las mafias rusas han penetrado en Ecuador?

Sí, así es.

¿Por qué Ecuador?

Por varias razones. Primero, porque después de la caída de la Unión Soviética ellos florecieron en Rusia, pero ahora existen más controles y se está canalizando el crimen organizado. Entonces buscan lugares más propicios para sus actividades. Ellos se encuentran en toda Sudamérica.

¿Se limitan solo a la droga?

No. Están en otras ‘empresas’.

¿Cuáles?, por ejemplo

En trata de personas. Ellos traen rubias de ojos azules desde Ucrania y otros países hacia América Latina. Y llevan morenas de esta región hacia Europa y Rusia. Hay un gran tráfico. Yo he escrito un ensayo que se llama La globalización del crimen organizado y la mafia rusa en América Latina y trato de explicar por qué les fue de su interés esta zona.

¿A qué conclusión llegó?

Lo que se puede ver es que el Estado no controla bien a quienes entran al país. La falsificación de documentos es factible y Ecuador es un lugar donde el negocio de la mafia rusa, que es el narcotráfico, es fácil de hacer. Rusia ha aumentado la participación en el consumo y tránsito de las drogas.

Frente a toda la violencia, Ecuador decidió militarizar las calles ¿Es correcto?

No. Primero es un indicio de la preocupación creciente que hay entre las altas esferas del Estado. Segundo es un indicador claro de las limitaciones que hay sobre la profesionalización. El Gobierno no puede confiar en esa institución, especialmente tras el incidente con el presidente (Rafael) Correa (el año pasado). Ello muestra una falta de confianza. Se tiene que reconstruir eso y profesionalizar más a los policías.
Comparte esta noticia en tu:
   

Este artículo se ha leído: 2853 veces.




Tags: Quito