Rafael correa gambetea casos incómodos

El presidente Rafael Correa parece tener una suerte de libreto para sus intervenciones, con un listado de temas que toca y otros que prefiere obviar o restar importancia. Aunque, en ocasiones, su temperamento le puede jugar un mala pasada y salirse de ese esquema.

Esa es la conclusión de un politólogo, un ex Ministro, dos académicos y cuatro asambleístas consultados por este Diario.

Ellos coinciden en que el Presidente saca provecho de su posición de privilegio, para dejar de lado temas sensibles para su gestión y que, al parecer, le generan un costo político elevado.

En las últimas semanas, dos casos han dejado en evidencia la estrategia del presidente Correa de bajar el perfil a asuntos espinosos de cara a la opinión pública.

Sobre el regreso a la Policía del coronel César Carrión, tras ser absuelto por los hechos del 30-S, así como sobre la denuncia del caso Vialmesa, que salpica al vocero de Carondelet, Correa ha dicho muy poco o nada.

Desde la academia hay la lectura que el Gobernante lo que desea es evitar que se propaguen en la esfera pública temas difíciles.

Napoleón Saltos, ex diputado de Pachakutik y catedrático, dice que no se debe olvidar que quien ejerce el poder marca la agenda política. En ese sentido, apunta que el Gobierno es hábil al adaptar a su interés la máxima que señala que una mentira repetida mil veces se convierte en verdad.

En el caso de Correa -dice Saltos- funciona la tesis “silencia mil veces una verdad y ya no existe”.

El politólogo Felipe Burbano de Lara sostiene que es hasta normal que un Presidente no toque en público temas que pueden comprometer su imagen y su credibilidad. Pero él se pregunta si guardar silencio puede resultar más perjudicial para el involucrado.

“A veces comenta desde el hígado, desde su temperamento. A través de los medios públicos solo vamos a escuchar una visión unilateral de los problemas del país”. Esa es su reflexión, a propósito de la orden para que los ministros no hablen con la prensa privada.

Los legisladores Cléber Jiménez (Pachakutik) y Andrés Páez (ID) sostienen que, de forma conveniente, el Régimen no habla sobre los grandes temas nacionales que, a su juicio, le resultan incómodos. “No hay información sobre los préstamos con China, a los asambleístas incluso nos dicen que eso es reservado. Tampoco dice nada sobre Palo Azul o Vialmesa”, reclama Jiménez. Y Páez señala que el Presidente no rinde cuentas sobre “la metida de mano en los concursos de jueces”.

Desde la oposición también hay la lectura de que los silencios del Presidente son una especie de cortinas de humo de los temas complejos. Es parte del libreto de ir desglosando solo las ideas que le interesa que la gente escuche, sostiene el legislador socialcristiano Leonardo Viteri.

Susana González (Madera de Guerrero) y el catedrático Manuel Salgado tienen una interpretación más dura. Desde sus ópticas, Correa no puede argumentar en temas que se le salieron de las manos. “No puede justificar el regreso de Carrión. Sería admitir que no hubo intento de golpe de Estado”, dice González.

A la luz de estos hechos, Víctor Hugo Sicouret, ex ministro y asesor del PRE, explica que el Presidente tiene claro el guión de no hablar de lo que le afecta.

Un repaso a cinco casos molestos para el Primer Mandatario

Regreso de César Carrión.

El coronel se reincorporó a la Policía, pese a que fue acusado por el Presidente de intento de asesinato en los hechos del 30 de septiembre del 2010. Volvió a su trabajo el 8 de junio y, hasta hoy, el Presidente no se ha dado una explicación del tema. El Ministerio del Interior tampoco aclaró el caso, pese a que fue la entidad que resolvió que el oficial regrese a la Policía.

Ex gobernador Cuero.


El Secretario Privado del Presidente le pidió la renuncia a Roberto Cuero de su cargo de gobernador de Guayas el 17 de abril. Seis t días después, el Presidente dijo que el ex funcionario no era responsable de corrupción. Cuero fue implicado en una denuncia por supuesto abuso de poder. El 21 de abril, dijo: “No podemos darnos el lujo de cometer esos errores. Si bien Roberto no es culpable de la corrupción demostrada en las comisarías, sí es responsable político de ellas”.

Denuncia de Vialmesa.


El Presidente se limitó a decir que la Contraloría debe investigar la denuncia sobre la empresa Vialmesa. Esa firma, al parecer, incumplió requisitos de la Ley de Compras Públicas, pero concentró todas las adjudicaciones para transportar urea desde el 2010. Esto lo dio a conocer El Universo, el 28 de junio. La investigación evidenció vínculos entre Vialmesa y familiares del vocero de Carondelet, Fernando Alvarado.

Caso Coca Codo.


El Mandatario optó por el silencio, luego de que este Diario denunciara los maltratos que sufrían los empleados que trabajan en el proyecto Coca Codo Sinclair. No hizo ningún pronunciamiento, pese a la gravedad de las denuncias sobre la serie de enfermedades que padecían los obreros, por la mala alimentación e insalubridad, imperantes en uno de los campamentos de la empresa china Sinohydro.


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