La careta del totalitarismo

El sufragio

El sufragio no significa necesariamente democracia. Depende de las condiciones en que se llega a votar.

No solo hay fraude electoral cuando se cambian las papeletas o se las cuenta mal.

Por ejemplo, entre la elección de Correa del 2006 –más allá del inmenso gasto electoral de su candidatura sobre el que se mintió en el reporte al Tribunal Supremo Electoral– y la del 2009, hubo una diferencia cualitativa.

En la última, la de abril del 2009, se dio el acomodo de la normativa electoral, violando la Constitución, que hizo el Consejo Nacional Electoral para permitir que toda la fuerza del poder –incluyendo la logística de transporte y seguridad, a más de los propios actos de poder– ejercida por Correa, se potencie en la campaña. Posiblemente ganaba, aun si el organismo electoral no hubiese hecho el acomodo, pero a ese extremo llegó su obsecuencia.

Otra condición esencial es el acceso a los medios de comunicación colectiva que, por el control estatal en televisión y radio, en el Ecuador se ha reducido significativamente para quienes discrepan de la voluntad del gobernante. Esto no se soluciona con limitadas bandas publicitarias pagadas con fondos estatales para los opositores, porque el gobernante no solo maneja un significativo número de medios, sino que multiplica los enlaces-cadenas impuestos a los medios no sometidos.

En el sufragio de abril del 2009, entre declaraciones y entrevistas de los candidatos oficiales en los medios que controla el Estado y en otros medios, enlaces, cadenas, publicidades pagadas del Gobierno y las bandas publicitarias asignadas a PAIS, su presencia en televisión y radio fue cerca de cinco veces los tiempos sumados de todos los otros candidatos en declaraciones, entrevistas y bandas publicitarias.

Sufragio y totalitarismo

Por la vía del sufragio, de estar afectada la institucionalidad del Estado, cual es el caso del Ecuador actual, por el servilismo de quienes deberían ser desde las funciones del poder y sus órganos de control, contrapesos y garantes de democracia, nada difícil será profundizar formas totalitarias de gobernar.

Las dos figuras emblemáticas del fascismo llegaron al poder y se consolidaron en procesos electorales y con amplísimas mayorías.

En Italia, Benito Mussolini en las elecciones del 6 de abril de 1924, con el fascismo y sus aliados obtuvo el 64% de los votos válidos. En el Parlamento se le unieron luego liberales, democráticos sociales y los de derecha, todos contra los socialistas y comunistas, a pesar de que la matriz ideológica de Mussolini había sido de izquierda. Mussolini fue el inspirador de Hitler que al fascismo le dio el ropaje alemán del nazismo en la génesis de la Segunda Guerra Mundial. Cuando negociaba con los Estados Unidos un armisticio e intentaba pasar a Suiza, fue capturado por partisanos comunistas que lo ejecutaron –junto a su amante Clara Petacci– el 28 de abril de 1945. Veintiún años de totalitarismo fascista.

En Alemania, Hitler se consolidó en las elecciones parlamentarias del 5 de marzo de 1933. Dieciocho días después, 23 de marzo, 441 parlamentarios, contra 94, o sea el 82,43% del Parlamento, votaron la “Ley para aliviar las penurias del pueblo y del Reich”, más conocida como la “ley habilitante” que le daba por cuatro años plenos poderes legislativos, aun para “desviarse de la Constitución”. La historia recoge que habría muerto con Eva Braun en el búnker de la Cancillería en Berlín, el 30 de abril de 1945.

En el Ecuador, la Carta Negra –con ese nombre la ha recogido la historia, por eso así la menciono– del totalitarismo garciano, fue aprobada por aplastante plebiscito el año 1869 y García Moreno, además, fue reelecto en sufragio popular en mayo de 1875. Fue asesinado el 6 de agosto de 1875. La era garciana fue de 1860 a 1875.

Desde el poder, bajo la protección de Febres-Cordero, Fabián Alarcón Rivera, en consulta popular obtuvo la ratificación del cargo de Presidente de la República –después de la destitución de Abdalá Bucaram y de Rosalía Arteaga– en mayo de 1997.

Otras preguntas también se formularon en esa consulta, pero luego sus resultados se manipularon.

La nueva consulta de Correa. ¿SÍ a qué?

Los textos exactos de las preguntas aún no se conocen. Aparecen como en una especie de “guatallarín”, guatita y tallarín en el mismo plato.

Antes de las preguntas, el presidente Correa ya pidió el voto por el SÍ. Con los antecedentes del fascismo de Mussolini y Hitler, nada extraño sería que obtenga el SÍ que demanda.

La matriz es la misma: abundante publicidad con fondos públicos, expectativas insatisfechas y medias verdades denunciadas.

La frase de convocatoria al SÍ, es la misma de todo totalitario y fascista: “en alguien deben confiar, confíen en mí”.

Afirma que no le interesa personalizar jueces a su orden, sino que le permitan cambiar los jueces en un acto de confianza para con él.

Sin embargo, en la Fiscalía en que sus quereres son órdenes, lo que prima es el atropello al derecho.

Como el fiscal en la instructiva contra el coronel Carrión, director del Hospital de la Policía, no la direccionó para que este se pudra en la cárcel, Correa acaba de pedir y obtener el cambio del fiscal.

Carrión fue el salvador de su vida hasta que formuló declaraciones al canal internacional CNN, de que en el interior del hospital no habían intentado asesinar al presidente Correa, ahora por eso es sospechoso de tentativa de magnicidio.

Solo la rebelión detendrá el totalitarismo

¿Cómo?, ¿cuándo?, ¿dónde? Ahí están los desafíos que debemos enfrentar en los días que vivimos.

http://www.eluniverso.com/2011/01/17/1/1363/careta-totalitarismo.html?p=1354&m=2632
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