Gobierno sirio libera a 250 presos políticos ante las protestas

El gobierno sirio liberó a más de 250 presos políticos el viernes por la noche, tras una jornada de manifestaciones en todo el país.

A pesar de las concesiones del gobierno y de la represión, un nuevo llamado a una “revuelta popular” en todas las provincias sirias comenzó a circular ayer en Facebook.

En esta atmósfera de revuelta, “las autoridades liberaron a 260 detenidos, la mayoría islamitas, pero también 14 kurdos, en un gesto que se inscribe dentro de las promesas que se habían anunciado recientemente para mejorar las libertades públicas en Siria”, declaró Abdel Karem Rihaui, presidente de la Liga Siria de Defensa de los Derechos Humanos.

El régimen de Bashar al-Assad reprimió, a veces de manera sangrienta, a los islamitas que protestaban contra su poder y arrestó a numerosos militantes kurdos que reclamaban derechos para esta población que vive en Sednaya, a 30 km al norte de Damasco.

El gobierno, además, indicó que se plantea anular el estado de emergencia instaurado en 1963. Siria también prometió medidas contra la corrupción, al día siguiente de las manifestaciones reprimidas en el sur, que dejaron 100 muertos, según los militantes y 55 conforme Amnistía Internacional.

Fuerzas de seguridad sirias mataron ayer a dos personas y a otras cuatro el viernes durante protestas antigubernamentales en la ciudad portuaria de Latakia. Incluso algunas informaciones contaban en más de 20 los muertos del viernes y autoridades médicas señalaban que solo en Deraa decenas han muerto durante la semana.

El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, acusó ayer de “cinismo” al “imperialismo”, como denomina a Estados Unidos, y de tener un “nuevo formato” de invasión que ha aplicado en Libia y quiere extender a Siria con el bombardeo de los países bajo la excusa de querer defender a sus pueblos.

Chávez reveló que habló con el presidente sirio, al que calificó de “humanista, socialista y de persona que no es ningún extremista”, sino “un hombre con una gran sensibilidad humana”.

En Jordania
En tanto en Jordania, los islamitas llamaron a derrocar al gobierno ayer después de la muerte de un manifestante la víspera, mientras que el primer ministro consumó la ruptura con el principal partido opositor al acusarlo de “recibir órdenes de Egipto y Siria”.

Jeque Hamzeh Mansur, jefe del principal partido de oposición, el Frente de Acción Islámica, rama política de los Hermanos Musulmanes, pidió la destitución de altos funcionarios. “Pedimos que sean despedidos el primer ministro, el jefe de los servicios de Inteligencia, el jefe de la Gendarmería y sus adjuntos”, afirmó. La cofradía de los Hermanos Musulmanes gozaba históricamente de relaciones privilegiadas con el poder jordano, que le aseguró una protección en los años 50 y 80 cuando sus miembros eran perseguidos en Egipto y en Siria.

En Yemen, el presidente Ali Abdullah Saleh dijo que estaba listo para ceder el poder con el objetivo de detener el baño de sangre en Yemen, pero solamente a “manos seguras”, mientras decenas de miles de personas se manifestaban en contra de su gobierno en protestas calificadas como Día de la Partida.

Países occidentales están preocupados de que militantes de la red terrorista Al Qaeda puedan aprovechar cualquier desorden que surja de una transición complicada si Saleh, un aliado de Estados Unidos y Arabia Saudita que lucha por su vida política, deja el poder.

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